La victoria electoral de la extrema derecha representada por el Partido Liberal de Austria (FPÖ) que lidera Herbert Kickl, supone la radicalización en Austria con equívocos sobre la memoria histórica, discursos de odio y relato que puede recordar a la propaganda nazi, culpando a la inmigración de una serie de problemas que tiene Austria, como la sanidad o la educación. Pero, sobre todo significa el fracaso de los partidos tradicionales. El Partido de la Libertad (FPÖ) ha ganado con el 29% de los votos, pero necesita de los otros partidos principales de Austria para formar una coalición que le permita poder formar gobierno. Aunque, el resto de partidos consigan excluir al FPÖ, lo grave es que la ultraderecha ha ganado en Austria por primera vez desde la II Guerra Mundial.
En Europa se está produciendo el hartazgo por la política tradicional, donde democristianos y socialdemócratas no consiguen el voto de sus supuestos seguidores. Donde la radicalización de la derecha, va desde la derecha tradicional, la radical, la xenófoba o la euroescéptica van consiguiendo estar más cerca del poder de algunos países. Sin olvidar que en las recientes elecciones europeas, las extremas derechas obtuvieron un resultado histórico, aunque no consiguieron romper la coalición europeísta entre populares, socialdemócratas y liberales. A principios de septiembre, la histórica victoria de el partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD) en el estado oriental de Turingia, la primera victoria de la extrema derecha en Alemania, desde la II Guerra Mundial, aunque exista un cordón sanitario que le impedirá formar gobierno en Turingia. Las políticas de Giorgia Meloni, Viktor Orbán, Marine Le Pen, Herbert Kickl y otros tantos, están dando sus resultados en las urnas y representan un peligro al europeísmo y a la democracia europea.
Austria ha tenido un pasado nacionalsocialista, después de su papel en el Tercer Reich, en que la población austriaca no se rebeló, colaborando en la guerra y en el holocausto con la Alemania nazi, por eso la mayoría de los partidos austríacos formaron un cordón sanitario para protegerse del Partido de la Libertad de Austria (FPÖ, pero, sin embargo la ultraderecha ha estado en coaliciones gobernantes con la centroderecha y su papel se ha normalizado. El FPÖ tiene antecedentes nazis, son partidarios de la unificación de todos los «pueblos alemanes» , antisemitas y xenófobos. La radicalización de la extrema derecha puede hacer mucho daño a la democracia austriaca, negando derechos fundamentales a las minorías y a la libertad. Pero, sin embargo han ganado las elecciones…