Cuando Lluis Llach, presidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) ha dado la “bienvenida” al partido de extrema derecha Aliança Catalana a la Diada. Se puede estar de acuerdo o no, con el independentismo catalán, pero nunca con fascistas con estelada que hacen bandera del racismo y de la islamofobia. Por un independentismo antifascista, donde, no es bienvenido el fascismo y el racismo, en la Diada del 11 de setembre, una fecha de reivindicación y de fiesta, transversal y plural. Se puede hablar de un modelo nacionalista español y de otro, el de las regiones o naciones que carecen de Estado en nuestro país. En España hemos conocido el nacionalismo español del franquismo, que impuso un modelo nacionalista a partir de dos fuentes ideológicas: el nacionalcatolicismo y las alternativas antiliberales y fascistas nacidas al calor de la crisis político-social europea y española de la Primera Guerra Mundial. Hay otro nacionalismo, el de las regiones o de las naciones sin Estado, un sentimiento de identificaciones con el principio de las nacionalidades de acuerdo con el cual cada pueblo o nación tiene derecho a ejercer el poder soberano sobre el territorio en el que habita y tiene derecho a convertirse en Estado independiente.
La Constitución de 1975 abordó el tema desde unas premisas muy integradoras, con el reconocimiento, en el artículo segundo del hecho nacional cultural de comunidades como Catalunya, el País Vasco o Galicia, a través de la mención expresa del derecho a la autonomía de nacionalidades y regiones. Pero, esto no fue suficiente para los nacionalistas, en las democracias desarrolladas, hay partidos nacionalistas que compiten con otros partidos sobre diferencias en asuntos territoriales y que compiten sobre las cuestiones políticas de izquierda-derecha. Se puede ser nacionalista de derechas como Junts o Pnv, de iquierdas como Esquerra, la Cup o Bildu, o simplemente fascistas y racistas como Vox o Aliança Catalana, el partido de ultraderecha de Sílvia Orriols que en las últimas elecciones obtuvo representación en el Parlament.
Lluis Llach es un cantautor catalán referente del catalanismo y del antifranquismo y ahora presidente de la ANC, dijo que «todo independentista está bienvenido», aunque la ANC ha aclarado que la extrema derecha de Aliança Catalana «no es bienvenida» a la manifestación independentista de la Diada. La importancia de la ANC, junto a Òmnium Cultural, en el independentismo catalán, desde la organización de la primera gran manifestación a favor de la independencia de Cataluña en la Diada del 11 de septiembre de 2012 y en todas las siguientes. Òmnium Cultural y sobre todo la ANC cobran un protagonismo mediático impensable para unas asociaciones de la sociedad civil y entran a formar parte de la sala de mando del proceso soberanista. rito acerca de una de las piezas más importantes del proceso soberanista: la Assemblea Nacional Catalana (ANC). Solo hay que recordar el enjuiciamiento en el «procés» de Jordi Sánchez, presidente de la ANC, junto al presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart.
Por primera vez en muchos años, este 11 de septiembre, no hay un president independentista en la Generalitat, y en las elecciones al Parlament de Catalunya celebradas el 12-M, el catalanismo perdió la mayoría parlamentaría que había tenido en los últimos tiempos. Ea tiempo de reflexión para Esquerra, Junts y la Cup, pero sin olvidar que hay aún dos millones de catalanes y catalanas que votan al independismo. Al que se unió Aliança Catalana, formación independentista de extrema derecha, con un marcado discurso antiinmigración, que consiguió dos diputados en el Parlament de Catalunya en las elecciones catalanas del 12M, para luchar por un «Estado catalán, libre, próspero, seguro y occidental». Una opción más a la derecha que Junts+ y más independentista que el resto, antagónica a Vox, pero defendiendo principios fascistas y racistas.
El independentismo seguirá existiendo, pero la sociedad y lo partidos catalanes tienen claro su independentismo antifascista, que se demostró después del fracaso de las negociaciones de ERC, PSC, CUP y JxCat para pactar una mayoría alternativa del independentismo. Aliança Catalana no está invitada a la Diada. No se puede aceptar en el independentismo el miedo y el odio, el fascismo y el racismo, solo queda que la sociedad no apueste por el nacioalismo y si lo hace, que siempre sea un independentismo antifascista.