La presidencia de Trump ignora los derechos humanos.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos afirma en el primer artículo que: «Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos», los Estados deben garantizar la igualdad de derechos y evitar la discriminación. Donald Trump ha tomado posesión como presidente de los Estados Unidos, para empezar su segundo mandato. La presidencia de Trump en pocas horas, ha sido capaz de derogar leyes y de promulgar otras nuevas, que discriminan por motivos de raza, género e ideología con un efecto que puede ser demoledor en la democracia de EEUU y del mundo.

Durante el primer mandato de Trump como presidente, de 2017 a 2021, ignoró los derechos humanos con sus políticas y abusos: promoviendo ideas racistas y machistas; expulsando a solicitantes de asilo; privando a las familias de bajos ingresos de atención médica: no reconociendo la victoria de Joe Biden, como presidente denunciando sin pruebas irregularidades en el recuento; propiciando el asalto al Capitolio de Estados Unidos. Un presidente condenado por 34 delitos graves, que será el primer delincuente convicto, que ejercerá como presidente de los Estados Unidos.

Trump ha demostrado que sus promesas las cumple, en su primer día con una avalancha de órdenes ejecutivas: ha retirado a Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud, por su enfoque de la pandemia de coronavirus. Y, del Acuerdo de París sobre el cambio climático, lo que convierte a Estados Unidos, junto con Irán, Libia y Yemen, fuera del acuerdo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Desmantela los programas federales que promueven la diversidad, la equidad y la inclusión, a partir de ahora solo existen hombres y mujeres. Cierre de las fronteras a los migrantes y a expulsar a los que ya se encuentran en el país, eliminando la ciudadanía por derecho de nacimiento a los hijos de inmigrantes irregulares, que viola supuestamente la Decimocuarta Enmienda a la Constitución.

Además, Trump ha firmado una orden ejecutiva por la que se levantan las sanciones impuestas por Biden a los grupos de colonos israelíes y de extrema derecha en la Cisjordania ocupada. Y, la concesión de clemencia a las personas acusadas en relación con el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. Sin olvidar los fuertes aranceles a Canadá y México, además de querer imponer un arancel universal a todas las importaciones.

A la presidencia de Trump le da igual si sus órdenes van en contra de los derechos humanos, porque su poder es mayor del que tuvo en 2016, con el control de la Casa Blanca, del Senado y la Cámara de Representantes y con la mayoría conservadora en la Corte Suprema. Es el mandatario de la primera potencia mundial. No se puede cuestionar su triunfo electoral, con más de 74 millones de votantes. Lo que le permite que una gran parte de la masa social estadounidense, crea sin cuestionamientos en sus directrices, con el propósito de «Make America Great Again» (Hagamos que Estados Unidos vuelva a ser grande). Suficiente argumento para la presidencia de Trump, para anteponerlo a los derechos humanos…

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