Trump es el «puto amo». (Trump is the fucking master). La greguería de «puto amo», es una expresión entre metáfora y humor, que define el único amo que es el dinero y a muchos personajes en la política como Donald Trump. Un amo tiene esclavos, no ciudadanos. Impone al mundo entrar en su aro y aceptar todas sus condiciones. Trump se cree que es el mejor, que va a conseguir lo que se proponga, que no tiene límites y que va a conseguir el éxito. Tienes que creerte el «puto amo», para que se lo crean los demás y además ser el presidente de Estados Unidos.
La RAE aprobó la palabra “puto” como prefijo intensificador en 2019, pero no como adjetivo calificativo. Por lo tanto, «puto amo» no es un insulto. Es una expresión, utilizada como vulgarismo que se puso de moda aquí en España, cuando el 26 de abril de 2011, Pep Guardiola, entrenador del F.C Barcelona, respondió a Mourinho entrenador del Real Madrid, en una escalada de tensión: «En esta sala, él es el puto amo, el puto jefe. Es el tío más listo del mundo. No quiero competir ni un instante…»
Trump es el puro despotismo, es la autoridad absoluta no limitada por leyes, es el poder, la fuerza y el abuso de autoridad. Cuando decimos puto amo en política, queremos decir dominación, en la que no existe ni la humanidad, ni la moderación, ni el respeto a los derechos humanos, ni el sentimentalismo, donde el resto somos los dominados.
El futuro del mundo está en las manos de un amo, que viene con el prefijo intensificador de puto, que califica muy mal al amo. Lo está demostrando con sus decretos, con sus amenazas, con sus aranceles y con la entrevista acalorada en la que Trump reprendió a Zelenski ante los periodistas y cámaras. En la que el mandatario ucraniano buscaba garantías de seguridad, mientras Estados Unidos trata de impulsar el fin de la guerra en Ucrania manteniendo conversaciones con Putin. Zelenski abandonó la Casa Blanca sin firmar el acuerdo sobre recursos minerales y Trump le ha emplazado a volver «cuando esté listo para la paz». «The fucking master is Trump».