La credibilidad de las mujeres está cuestionada.

Credibilidad de las mujeresEl Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha absuelto al exfutbolista Dani Alves de la violación de una joven en Barcelona, cuestionando el testimonio de la víctima: una mujer. La credibilidad de las mujeres en delitos sexuales, muchas veces se cuestiona en las resoluciones judiciales, poniendo en duda el testimonio de las mismas. En los casos de violencia machista, hay un cuestionamiento que no existe en otros delitos, se valora la veracidad de la agresión en función de la actitud que ha tenido la mujer.

Si una joven va a una discoteca e intenta divertirse, parece que el juez reste credibilidad al relato, porque no tiene un perfil de víctima de la violencia, sin embargo la joven ha podido expresar su no y que no se haya respetado su decisión. No es una cuestión de que las mujeres puedan mentir sobre ese consentimiento sexual, es la cultura de la violación, porque cuando se dice «no, es no».

Las mujeres sufren las consecuencias de una sociedad que las discrimina y las somete a múltiples formas de violencia, tanto en la práctica como en las leyes, por el simple hecho de ser mujeres. No significa no. La mujer es libre de cambiar el sí o el no, por lo que piensa o siente en ese momento. Y, no debería pasar nada, no se debería cuestionar, el hombre debe aceptarlo y ya está. Y, eso deberían entenderlo tanto los victimarios, como los jueces.

Yo no pongo en duda la presunción de inocencia de Dani Alves, como derecho que establece que toda persona se considera inocente hasta que se demuestre lo contrario, tal como establece el artículo 24.2 de la Constitución Española y por lo tanto un derecho fundamental. Pero, es necesario tener muy claro el concepto de consentimiento, porque eso determina la frontera de una violación o agresión sexual.

Nuestra sociedad no puede legitimar e incluso normalizar que el hombre no pueda resistirse ante ciertas actitudes y señales que lanzan las mujeres. Se debe respetar la decisión última de la mujer, porque las mujeres no son un objeto que hay que conseguir.  «No” es una respuesta en la que no hay más explicaciones. Donde no podemos convertir a los agresores en víctimas, ni culpabilizar a las verdaderas víctimas.

Siempre se dice que hay que acatar y respetar las resoluciones judiciales, pero eso no implica que no se puedan criticar, en nuestro derecho a la libertad de expresión,  mostrar desacuerdo y pensar que puede haber jueces que interpreten las leyes con prejuicios y estereotipos sin perspectiva de género. Poniendo la credibilidad de las mujeres en cuestión. Porque no es lo mismo juzgar una sustracción o un robo, que a una mujer que sufre una violación.

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