La indignación permanece en la sociedad.
Después de diez años del 15-M, la indignación permanece aún en la sociedad, pero de una manera diferente. La ciudadanía sigue indignada y enfadada frente de la perspectiva económica, social y política. El 15-M fue el reconocimiento de un hartazgo que puso éticamente y políticamente, a muchos ciudadanos y ciudadanas en movimiento. En la que coincidieron aspectos de la realidad política y económica, planteando desde la indignación social: la democracia, la participación ciudadana, la representatividad, la desigualdad social... Reclamando todo esto con ira y enfado, desde las plazas y los movimientos sociales. Todo comenzó con el libro titulado Indignez-vous! de Stéphane Hessel, en el que invitaba a los jóvenes a indignarse ante el estado actual del mundo, a rebelarse pacíficamente contra el poder de los mercados financieros. Y, luchar contra las desigualdades y las injusticias. Después vino la primavera árabe en la plaza Tharir de El Cairo, las manifestaciones en la Puerta…