Cuando no hay solución a un problema.

Cuando un asunto o situación no tiene solución, deja de ser un problema y pasa a ser una realidad. SI no se ha encontrado, si no hay solución al problema catalán, a lo mejor es que hay que afrontarlo como una realidad en la que no existe una solución perfecta, pero que quizás existen otras opciones. La mejor forma es reestructurar nuestra forma de verlo, dividir el problema en la mayor cantidad de partes posibles, para poder afrontarlas y resolver una a una. Cuando no se consigue los resultados esperados, hay que cambiar de estrategia. La condición "sine qua non" para intentar comprender el problema o la realidad es la comunicación y el respeto. Los políticos deben escuchar sin juzgar, identificar todos los errores que se han cometido hasta ahora, reaccionar y aportar soluciones sin buscar el conflicto. Buscar aquellos aspectos que puedan ser negociables, buscando los aspectos en lo que pueden ceder…

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