No puede haber paz para los malvados
No puede haber paz, ni honores para los malvados, no es cuestión de odio eterno a los asesinos de una Guerra Civil y una dictadura. No puede haber paza, mientras miles de españoles y españolas, esperan sus exhumaciones, enterrados en fosas anónimas. No puede haber asesinos con honores y que se haya olvidado el reabrir las fosas de los cadáveres de las personas fusiladas, como forma de un ejercicio básico de justicia y dignificación. Si esto es una necesidad, también lo era que Queipo de Llano, un militar cruel que invitaba a violar mujeres y que ejecutaba a los que no pensaban como él, no podía descansar en la basílica de la Macarena de Sevilla. El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, defiende que la política “debe centrarse en solucionar los problemas de los vivos”, le doy la razón: las circunstancias de las muertes que han sido reconstruidas a partir de…