La salud contra el derecho de manifestación.
Es difícil encontrar el equilibrio entre el derecho de reunión de la ciudadanía con la obligación del Gobierno de proteger la salud pública el 8-M. Porque mientras el derecho de manifestación es un derecho fundamental para cualquier democracia, la salud también lo es. Las manifestaciones del 8-M no se deberían ni prohibir ni suspender, ya que tendrían que ser los propios organizadores los que deberían desconvocarlas por responsabilidad. Pero, de no ser así, deben celebrarse, con las subsiguientes medidas de seguridad, al igual que no había dudas, que tenían que celebrarse las elecciones catalanas del pasado 14 de febrero. Hay demasiadas personas que piensan, que no se debería autorizar manifestaciones multitudinarias y mucho menos si son del feminismo. Pero, no podemos equivocarnos, la manifestación es un derecho y lo han ejercido en este período de pandemia: grupos de derechas en contra del confinamiento, negacionistas del virus, en contra de la ley de…