Desafección y política.
Todos creemos que la democracia es el mejor sistema, pero muchas veces no cubre ni nuestras necesidades ni nuestras expectativas. Nos pasa lo mismo con la política, que está en un proceso de desafección y de falta de credibilidad creando en la ciudadanía un hastío por la política y especialmente contra los políticos. Pero, sin política no hay democracia aunque parece que ahora estamos en una democracia sin política. Hay que hacer política, no solo depositando nuestro voto en las elecciones, debemos entender la política como una herramienta colectiva de transformación social y tenemos en nuestras manos diversas formas de influencia, movilización y protesta para construir alternativas a lo que hay. Porque sin hacer política, y sin la participación de las personas, la desafección política hace que las sociedades democráticas se degraden. Aunque la legitimidad de los indignados, de los críticos no quiere decir que quienes critican o protestan tengan necesariamente razón. Porque las demandas…