Negacionismo climático.

El negacionismo climático es por desgracia un tema presente en la política, en los medios de comunicación, en una parte de la sociedad y en la catástrofe por la DANA en Valencia. Su eficacia está en difundir mensajes diversos para poner en entredicho la realidad del cambio climático, comentarios como: «se debe a causas naturales», «no está demostrado», «no está ocurriendo», «no es peligroso», «debemos ocuparnos de problemas más importantes», etc. Sin embargo ocurre y cuando pasa, son capaces también de negarlo.

La negación del cambio climático, ya sea de una manera activa, rechazando de una forma explícita los argumentos de la ciencia o de una manera pasiva, mirando hacia otro lado, es una respuesta ante el cambio climático y sus impactos. Los que niegan el cambio climático, no quieren saber nada de responsabilidades para cuidar el planeta.

El cambio climático antropogénico es sin duda un fenómeno difícil de asumir, pero necesario y vital para nosotros y para nuestros descendientes. La lucha por el cambio climático se identifica como una causa progresista y el escepticismo sobre el cambio climático se convierte en una marca de identidad de la derecha y la extrema derecha.

Para los negacionistas el cambio climático de origen antropogénico, se relaciona como una conspiración desarrollada por científicos y ecologistas, que manipulan los los análisis estadísticos de los registros de temperaturas, con objeto de “demostrar” la existencia de un calentamiento global, queriendo además transmitir la sensación de falta de consenso cientifico. Simplemente la mera percepción de que existe un debate legítimo basado en discrepancias, le sirve al negacionismo para sembrar dudas en la población.

El negacionismo climático no es escepticismo, ni espíritu crítico o  independencia de criterio, ni les interesa el debate científico. Solo les preocupa el consumismo, la explotación de recursos y por supuesto los intereses neoliberales. apuesta por las energías renovables. Oponiéndose a regular las emisiones de gases de invernadero por la industria, la desertización, el desarrollo en general y proteger la biodiversidad.

La catástrofe de València es un caso en conjunto de negacionismo climático y de desmantelamiento de las políticas públicas ambientales, como la Unidad Valenciana de Emergencias (UVE), la Agencia Valenciana de Gestión de Residuos o la Agencia Valenciana para el Cambio Climático.  Aparte, de la negligencia por parte de los poderes públicos.

Está demostrado que el calentamiento de la atmósfera aumenta la humedad, lo cual deriva en lluvias más intensas y que estamos expuestos a fenómenos meteorológicos como la DANA. Los poderes públicos son los responsables de desarrollar todas las actividades humanas dentro de los límites del planeta y los servicios de protección. No hacerlo, es también negacionismo climático.

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