Sin libertad de los medios de comunicación no se sostiene la democracia, la información es un bien común y gracias a ella podemos formarnos una opinión e interpelar al poder con la verdad. La libertad de prensa y la verdad se ve amenazadas por la desinformación y el discurso de odio, que están debilitando la democracia. La libertad de prensa, la libertad de expresión y el acceso a la información son tres derechos de la ciudadanía que están ligados a la profesión periodística. La libertad de prensa y de expresión han de poderse ejercer libremente, sin intromisiones, ni censura por parte del Estado, ni el sector empresarial u otros organismos o grupos sociales. Y, el acceso a la información es el derecho que tiene cualquier persona a acceder a la información pública que considere de su interés, con los únicos límites que señale la Ley.
La Constitución española, en su Artículo 20, consagra el derecho al secreto profesional de los periodistas, en conexión directa con el derecho fundamental a comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión, basándose en la libertad de pensamiento, además de libertad de opinión y de expresión, con referencia a la libre comunicación de informaciones o ideas. Por eso, llama la atención que en el libre desarrollo de su profesión, varios periodistas de El País y elDiario.es han sido víctimas de bulos y amenazas por parte del Gobierno de la Comunidad de Madrid por investigar cuestiones relacionadas con el presunto fraude fiscal de la pareja de la presidenta autonómica, Isabel Díaz Ayuso,
España sube del puesto 36 al 30 en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2024 de Reporteros Sin Fronteras, el ascenso de España se explica, por el pronunciado declive de otros países en la Clasificación de RSF, que dibuja un panorama poco halagüeño para la libertad de los medios de comunicación en el mundo. Considerando a España un país seguro para el libre ejercicio del periodismo. El ranking de RSF se conforma de cinco indicadores que miden la salud de la libertad de información: político, económico, marco legal, contexto sociocultural y la seguridad de los periodistas. Según el índice, Noruega, mantiene su primer puesto en el podio, seguido de Dinamarca y seguido de Suecia. En la franja de los últimos puestos países como Rusia, Arabia Saudita, Cuba, Irak, Irán y los tres últimos puestos Afganistán, Siria y Eritrea.
Los ciudadanos tenemos derecho a decir lo que pensamos, a expresar nuestras opiniones, a estar o no de acuerdo con quienes ejercen el poder, a recibir información. El registro diario de los medios de comunicación que hace la prensa mediante la palabra escrita, a través de las imágenes de la televisión o con la memoria sonora de la radio, todos aportan elementos, que a pesar de sus limitaciones en enfoque, análisis o exactitud, contribuyen a que estemos informados. La sociedad necesita del periodismo, necesita de su información y opinión, que se convierten en conocimiento. Una sociedad no puede ser libre si no conoce la realidad de lo que sucede y el periodismo nos lo ofrece, para que nosotros después de confrontar, contextualizar y analizar podamos conocer la verdad o lo más parecido a ella.
El periodismo es tan importante porque contribuye al fortalecimiento y ejercicio de la libertad, el llamado «cuarto poder» es la opinión pública generada por los medios de comunicación social. La prensa, la radio y la televisión, aún a pesar de las redes sociales, son las fuentes de información y de conocimiento ordinario de la ciudadanía. Los medios de comunicación condicionan nuestras ideas, comportamientos y opiniones.
Aún a pesar, de que detrás de todos los medios de comunicación hay empresas con intereses económicos y que dependen de la acción política. Los medios invocan la libertad de expresión para defender la libertad de empresa y convertirse en actores económicos, sociales y políticos en las democracias contemporáneas. Influyen en el poder y en la decisión de los ciudadanos. Su poder está en la producción de realidades con distintas representaciones, percepciones y visibilidades, jugando con las emociones de la ciudadanía.
Muchas veces el trabajo periodístico de los medios de comunicación es defender lo que sus dueños defienden, más que la democracia informativa y de opinión. Buscando múltiples tácticas desde la estrategia publicitaria y sus anunciantes a crear una agenda informativa basada en unos intereses políticos o económicos. Que nos hace desconfiar de la verosimilitud de la información, solo nos queda seguir informándonos, aunque no sea toda la verdad. Lo demás, depende de nosotros y de nuestro afán crítico.