Vox lanzó su estrategia radical al PP, de que no estaban dispuestos a aceptar la reforma legal de la ley de extranjería, que obliga a las autonomías a repartirse la acogida de los menores migrantes no acompañados que lleguen a España. La extrema derecha piensa que establecer un reparto de menores migrantes desde Canarias a otras autonomías es “fomentar el efecto llamada”. No ha sido un farol y como muestra de odio y racismo, Vox no ha aceptado que las comunidades gobernadas por el PP recibieran a más de 300 menores extranjeros. Como resultado de de dicha voluntad política Vox ha tomado la decisión de dar por rotos los acuerdos autonómicos con el PP y de retirar su apoyo parlamentario en las comunidades que tenían coalición con el PP.
Esta decisión llega después de que los populares habían aceptado acoger a más de 300 migrantes no acompañados de acuerdo a los cupos y al reparto establecido por el Gobierno de España. Todo esto supone: que Vox abandonará los gobiernos de coalición de Aragón, Baleares, Castilla y León, Comunidad Valenciana y Murcia, pasando a formar parte de la oposición. Esta estrategia radical de Vox, significa la ruptura de cinco gobiernos autonómicos, pero además, el gobernar en minoría puede entorpecer también su gobernabilidad. Porque el PP necesita los votos de la extrema derecha.
Con esta medida Abascal trata de recuperar algunos de los 800.000 votos perdidos en las últimas elecciones europeas de 2024, radicalizando sus posturas. También lo han hecho en Europa, donde han decidido formar grupo en el Parlamento Europeo con Patriotas por Europa, el grupo fundado por el líder húngaro, Viktor Órban, el primer ministro de Hungría. Vox sabe que ha llegado a su techo y que la «extrema derecha festivalera» le puede hacer mucho daño, sobre todo en la lucha contra la inmigración. Mucho más, cuando el PP intenta cada vez más parecerse a Vox. En definitiva, Vox ha preferido sacrificar cinco gobiernos autonómicos, para presionar más al PP en cada votación que se produzca en cada parlamento autonómico y ser más protagonistas. Porque, a los partidos antisistema, ya pasó con Podemos, pueden pasar a la irrelevancia, les funciona mejor ser oposición que gobierno.