El Jefe del Estado es la máxima autoridad de un país, su título determina la forma de Gobierno en cuestión: república si es un presidente o monarquía si es un monarca. Donde el principio republicano basado en la igualdad, de que cualquier ciudadano/a por elección pueda ocupar y por un corto periodo de tiempo el puesto de Jefe del Estado. Y, en contrapartida la monarquía, parlamentaria o no, que se basa en el privilegio de la consanguinidad, donde la monarquía es hereditaria, es decir, todos los monarcas provienen de la misma familia, y la corona pasa de un miembro a otro de la familia.
El 12 de abril de 1931, se celebraron las elecciones municipales, que fueron un auténtico plebiscito entre monarquía y república. La monarquía ganó en nueve capitales de provincia, mientras que los republicanos lo hicieron en 39 provincias, incluidas Madrid, Barcelona y Valencia. En el plazo de cuarenta y ocho horas la bandera tricolor se izó en todas las fachadas de los ayuntamientos: “España se acostó monárquica y se levantó republicana”. Hoy 14 de abril se conmemora la proclamación de la Segunda República Española, que no llegó por un alzamiento militar, ni por una revolución organizada: fue una movilización popular que de forma inesperada y sin violencia, fruto de unas elecciones que proclamó la Segunda República Española en sustitución de la monarquía de Alfonso XIII, que terminó cinco años y tres meses más tarde, en una prolongada y sangrienta guerra civil y después de casi cuarenta años de dictadura franquista.
La Segunda República estableció un régimen netamente democrático con el reconocimiento amplio de libertades políticas y derechos sociales, sentando las bases para grandes reformas: la de la tierra, la educación, la cuestión religiosa y la organización territorial del Estado, la igualdad de género en cuanto al derecho de sufragio…, que representaba las aspiraciones de las clases trabajadoras y de las clases medias, en contra de los sectores más conservadores de la sociedad: la Iglesia, los terratenientes y la alta burguesía, que desde el primer momento manifestaron su hostilidad al nuevo régimen y que fueron predominantes en el comienzo de la Guerra Civil y el mantenimiento de la dictadura franquista.
República es la forma de gobierno ideal, que viene de «res publica» o sea «cosa pública», y surgió como substitutivo a la monarquía, que se define “por quien manda”. Hay una una relación unívoca entre república e igualdad, consecuencia directa de los ideales proclamados por la Revolución francesa, de igualdad de todos sus ciudadanos. La Constitución Española en su artículo 14 proclama que: «Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social».
En España todos los ciudadanos no son iguales, según la Constitución y las normas y principios de la Justicia española, en el artículo 23.2 de la Constitución Española establece que los ciudadanos tienen derecho a acceder en igualdad de condiciones a los cargos y funciones públicas. Este derecho se basa en el principio democrático, del cual está excluido el Jefe del Estado que accede por cuestiones dinásticas. Todos los españoles no somos iguales, en el artículo 56.3 de la Constitución Española establece que la figura del Rey «no está sujeta a responsabilidad». No somos todos iguales, por la desigualdad por razón de sexo, donde es necesario ser varón perteneciente a la dinastía borbónica para acceder a la Corona, que establece el artículo 57 de la Constitución Española establece que, en la sucesión de la Corona, se prefiere la elección del varón, lo que constituye una discriminación por razón de sexo. Sin embargo, el artículo 14 prohíbe cualquier tipo de discriminación, incluyendo la razón de sexo. El trato dispensado por la Constitución a la Corona comporta la vulneración de varios derechos fundamentales y libertades públicas de nuestra Constitución, entre ella también vulnera la tutela judicial de las personas del artículo 24.1. Todo vulnerando el principio republicano de la igualdad de todos los ciudadanos.
La forma política del Estado español es la monarquía parlamentaria, que fue el dictador Francisco Franco el que nombró a Juan Carlos de Borbón como su sucesor a título de príncipe de España y dos días después de su muerte, el 22 de noviembre de 1975, Juan Carlos I fue proclamado rey. Tras 39 años de duración de su reinado, abdicó y se abrió un proceso sucesorio para el relevo al frente de la Corona con su hijo Felipe de Borbón, al que sucederá su hija Leonor de Borbón. Y, así hasta que lo decidan los españoles y una verdadera república, en el cual prevalezca el principio republicano del bien común del pueblo, la democracia y la igualdad de todos y todas. En la cual el Jefe del Estado no sea un privilegio hereditario y vitalicio, siendo un puesto electo y temporal. Donde, el que manda sea la ciudadanía por medio de sus representantes escogidos democráticamente, donde no hay cabida a una monarquía por encima del principio republicano del bien común y la igualdad.