Nadie puede obligar a jurar o prometer decir la verdad a un acusado, pero eso no significa que tenga derecho a mentir. Pero, no están están sometidos a la obligación jurídica de decir la verdad, pueden incluso callar, es decir, abstenerse a no declarar contra sí mismo y a no confesarse culpable. Como dice el artículo 24.2 de la Constitución, que establece, entre otros derechos del ciudadano ante la Justicia: el de no declarar contra sí mismo y el de no confesarse culpable.
Un testigo cuando declara como tal tiene obligación de decir la verdad, sin embargo cuando es acusado o un imputado no sólo no tiene esta obligación, sino que puede callar total o parcialmente o incluso no decir la verdad. Aunque, eso no puede confundirse con el derecho a mentir, como parte integrante de su derecho de defensa, tanto sea en una imputación provisional de unos hechos con indicios de criminalidad o en una acusación formal de hechos. la mentira puede ser una forma de poner el ventilador, perjudicar a los demás o pactar con la Fiscalía.
Víctor de Aldama después de su salida de prisión, ha utilizado la mentira como una forma de poner el ventilador, perjudicar a los demás o pactar con la Fiscalía para una posible reducción de penas. No se ha conformado con callar total o parcialmente para no perjudicarse a si mismo, ha preferido mentir supuestamente y sin pruebas, poniendo en marcha el ventilador y salpicando contra el Gobierno de Pedro Sánchez y el PSOE.
Aldama es un personaje que ha estado presente según él, en la política reciente: desde la polémica visita de Delcy Rodríguez, vicepresidenta de Venezuela, a España en 2020. El rescate de 475 millones de euros concedido a Air Europa. El plan para revitalizar las zonas rurales de España. Pago de comisiones a Ábalos, Koldo García, Santos Cerdán, Ángel Víctor Torres… Además, de la fotografía con Pedro Sánchez.
Cuando alguien está en tantos sitios con tanta supuesta corrupción, puede mentir, pero también hay posibilidad de que alguna persona no haya sido tan honrado como se supone. Las supuestas mentiras, pueden hacer mucho daño a Pedro Sánchez, su Gobierno y el PSOE, pero que no se olvide nadie, que en España aún existe la presunción de inocencia y que las acusaciones hay que probarlas.
Lo que no es admisible es aceptar las mentiras y las falsedades de alguien que ya está acusado, además de sus propias autoimputaciones, y suponer la culpabilidad de Pedro Sánchez, pidiendo su dimisión, por parte de Feijóo. Cuando se supone que las mentiras, no pueden prevalecer sobre la inocencia.