Ni «botifler», ni mártir.
Carles Puigdemont tuvo el viernes en su mano el convocar elecciones o declarar la independencia. Prefirió inmolarse y no se atrevió a convocar las elecciones, hubiera sido un "botifler" (traidor en catalán) pero quizás hubiera sido la solución para que el gobierno no hubiera aplicado el 155. Prefirió seguir con su hoja de ruta y declarar la independencia. Nadie se cree esta independencia, ni nadie se cree que pueda convivir la República Catalana y el 155. La resistencia al 155, es perder el tiempo, el victimismo no servirá para nada. Catalunya ha perdido, ha retrocedido a 1977. Solo nos falta salir a la calle para gritar de nuevo como en 1976: "Llibertat, Amnistia, Estatut d'Autonomia" (Libertad,Amnistía, Estatuto de Autonomía). Libertad sin el 155. Amnistía para Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, los presidentes de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y de Òmnium Cultural, respectivamente. Y, un Estatuto que permita lograr todas las aspiraciones de los catalanes:…