Aprender a gestionar la decepción.
Cuando éramos niños, el día de Reyes era un día de ilusión, un día en que también tenías que aprender a gestionar la decepción. La decepción es el pesar causado por un desengaño, aparece cuando esperamos equivocadamente, una respuesta de algo o alguien, que no está a la altura de nuestras expectativas o ilusiones. Nos hace comprender que casi siempre la ilusión es incompatible con la realidad. Cuando nos sentimos decepcionados, hay mucha parte de engaño. Porque casi siempre, la decepción se trata de expectativas, de promesas insinuadas. Una manera de conocer nuestra responsabilidad de lo que realmente queremos cada uno. Es quizás, el proceso de madurez de la vida, que nos permite analizar el presente y el futuro de una manera más realista. Quizás la felicidad es cuando no se desea nada, así nunca sufriríamos decepciones, pero es prácticamente imposible, no tener ilusiones. Cuando se espera mucho, quizás demasiado, siempre llega…