Congreso de los Diputados es la Cámara Baja de las Cortes Generales de España. Ejerce junto con el Senado el poder legislativo de la nación.
En un sentido amplio, el parlamentarismo se basa en la existencia del Parlamento como la voz del pueblo. Mientras que el matonismo es la “conducta de quien quiere imponer su voluntad por la amenaza o el terror”. La ultraderecha dentro del parlamentarismo siempre busca enemigos con su visión única e intransigente de la sociedad en la que vive: su modelo de nación, de religión, de raza y de familia. Todo les legitima ante el enemigo, incluida la violencia. Matones y fascistas esparcen su ideología en redes sociales con sus insultos, amenazas y bravuconadas. Son un peligro para la democracia, pero son una parte del parlamentarismo. Y, nuestra obligación como demócratas, es escucharlos y rebatirlos. La ultraderecha impone siempre el relato y utilizan las redes sociales, no como un reflejo de lo que ocurre, sino como un mecanismos para crear realidades fake. Temas como las migraciones masivas, el avance del feminismo, el negacionismo…
Desestimar al Congreso de Diputados, es mostrar poca estimación hacia la representación de la soberanía del pueblo español. Como dice el Artículo 66.1 de la Constitución Española: "Las Cortes Generales representan al pueblo español y están formadas por el Congreso de los Diputados y el Senado". En las Cortes Generales está la representación de todos los partidos políticos que hemos votado el pasado 23 de julio de 2023, por lo tanto están las distintas sensibilidades políticas, ideológicas y nacionales. Cuando el líder de Vox, Santiago Abascal, en el debate de investidura de Pedro Sánchez habla del “fin de la democracia y la abolición del Estado de derecho” y que Pedro Sánchez “prepara un golpe de Estado en connivencia con los separatistas”. Que Sánchez "el único asiento que usted merece es el del banquillo de los acusados por atacar la Constitución" y de acusarlo de intentar ser presidente del Gobierno "de la misma manera que…