Turismo de masas

turismo de masasCanarias quiere cambiar el modelo de su motor económico: el turismo de masas. Al final explotación de la naturaleza, contaminación, construcción fuera de ordenación, precio de los alquileres, bajos sueldos, pobreza… “Canarias no vive del turismo, el turismo vive de ti”. Eso no significa, que exista turismofobia, porque es un sector que genera el 35% del PIB autonómico y cerca del 40% de todo el empleo. Pero, el problema es el modelo turístico que, a pesar de facturar 20.000 millones de euros anualmente, no se refleja en las condiciones de vida de los canarios.

Muchos canarios tienen serias dificultades para encontrar vivienda, las carreteras y autopistas isleñas, el sistema eléctrico, el abastecimiento de agua, la recogida de residuos y los servicios sanitarios también se encuentran al límite. Un dato para analizar, por cada canario residente hay unos seis turistas. Un problema que no es exclusivo de Canarias, que existe en todos los países que tienen mucho turismo.

En una época en la que aprendemos a través de las consecuencias, el turismo de masas no es el futuro de ningún país. Y, mucho menos en España que representó en 2023, el 12,8 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) español y que el turismo aportó más del 9 % del empleo nacional y supuso alrededor del 11,6 % del PIB de España en 2022. La llegada de turistas internacionales en 2023 creció hasta los 85.056.528, un 18,7% más que en 2022.

Hay otro turismo de masas, el turismo patrimonial, el enogastronómico y el de naturaleza, un turismo que sea saludable, más ecológico, que no dependa del sol y playa, que entronquen con un turismo experiencial, de sensaciones y sobre todo singular, que sirva para potenciar un destino turístico con productos ligados al turismo de naturaleza, centrado en poblaciones del interior y con poca población.

España no puede apostar solo por el turismo y la construcción, es un error, se debe diversificar más la economía y basarla en las nuevas tecnologías, que son el futuro del crecimiento. La precariedad y la temporalidad tienen mucho que ver con sectores como el turismo y la construcción, España no puede ser una masa laboral precaria de jóvenes, y menos jóvenes, sobradamente preparados trabajando de camareros, limpiadoras y albañiles.

 

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