El lenguaje y su uso no es inocente.

El lenguaje no es inocente o quizás mejor dicho, su uso no es inocente. Lo empleamos como una forma acordada para entendernos, para compartir, para explicar. Usamos el lenguaje para crear cosas, sentimientos, reacciones, interpretaciones, acordamos un lenguaje, lo entendemos como un conjunto de signos acústicos, visuales o táctiles, que además es diferente en cada país y que hacemos esfuerzos para aprenderlos y podernos comunicar entre nosotros. Todo lo que hacemos o decimos trae consecuencias, según como lo manejemos o nos comuniquemos puede ser constructivo o destructivo, amable o desagradable En definitiva, usamos el lenguaje para entendernos con los demás, pero también para influirlos y convencerlos. La medida del poder del lenguaje es la capacidad de comunicarnos, pero a veces aparecen condicionantes que dificultan dicho entendimiento, sea por unas circunstancias, por unas ideas preconcebidas o simplemente por un sesgo irracional, de género o ideológico. Los políticos son gente que utilizan el lenguaje…

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