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Cuando la Mezquita se quema, algo de todos se quema.

Este viernes se ha declarado un incendio en la Mezquita de Córdoba, donde estaban almacenados supuestamente útiles de limpieza y las barredoras eléctricas. Un momento que ha recordado al incendio de Notre Dame, el 15 de abril de 2019, cuando comenzó a arder, coincidiendo con unas obras de restauración en su interior. Y, el incendio arrasó el techo de la catedral y el fuego provocó la caída de la aguja central. Por suerte con menores consecuencias en la Mezquita de Córdoba.

Cuándo sucede un percance en un bien cultural, es un momento de dolor para todos, sin distinción de nacionalidad, creencias religiosas y políticas, porque nos pertenece a todos. Por eso, parafraseando aquel lema de que «Cuando un monte se quema, algo suyo se quema». La Mezquita no es árabe, ni cristiana: es de todos. Un edificio que es la tercera mezquita más grande del mundo, que a largo de su historia ha pasado del estilo omeya, además de los estilos gótico, renacentista y barroco de la construcción cristiana.

Un monumento declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1984 y que cuenta con más de mil años de historia. Que hubiera podido perecer entre las llamas, esta joya arquitectónica. Un templo que es propiedad de la Iglesia desde 1236 y por tanto es una iglesia catedral católica. Detalle que deben de desconocer esos fachas ultra españoles que se alegran en las redes sociales, de dicho incendio. Donde no sé, si prevalece más en esta gentuza, la islamofobia que su falta de cultura.

Cuando el odio llega hasta el extremo, de mezclar un incendio de un bien cultural por su origen musulmán, con la islamofobia y el racismo por parte de la ultraderecha. La incultura y el odio son la base de estos partidos de ultraderecha, que intentan buscar votos en cualquier circunstancia, incluso en un incendio de un monumento Patrimonio de la Humanidad.

Cuándo la Mezquita de Córdoba se quema, algo de todos se quema. Aunque a estos patriotas no les importe e incluso se alegren del incendio. La extrema derecha está obsesionada de que «España no es Al-Ándalus!” como dice Abascal, vinculando los inmigrantes con un aumento de la inseguridad y con una cultura que ataca los valores de occidente. Pero, no podemos olvidar el legado musulmán en España, durante ocho siglos, que dejó una profunda huella en nuestra cultura, lengua, arte y ciencia. El Al-Ándalus no solo fue un territorio de dominio musulmán, sino un crisol de culturas y de convivencia.

Por suerte, el incendio de la Mezquita Catedral no ha sido irreparable. Ahora, es cuestión de buscar un mejor sistema de prevención de incendios, para que no vuelva a suceder. Lo ideal es que la Mezquita Catedral de Córdoba perteneciera al Estado, pero es propiedad de la Iglesia católica. Pero, aún así, independientemente de su propietario, de su confesión religiosa, es cultura e historia, de todos y de todas. Por mucho, que les pese a estos fachas llenos de islamofobia e incultura.

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