Cualquier negociación exige unas reglas del juego que la conviertan en un proceso ético, respetuoso y beneficioso para ambas partes. Cuando se parte de la imposición de una de las partes, en este caso de Estados Unidos, de grabar con un arancel genérico del 30% a la Unión Europea, según las últimas amenazas del presidente estadounidense, no existe equilibrio entre las partes que dialogan, una tiene el poder y otra no. Una hace chantaje y la otra parte sufre una humillación, que además se hace ver como una victoria. Estados Unidos no juega limpio, por lo tanto, esta negociación no es justa. Pero, además es una cesión de la Unión Europea, que prefiere humillarse a plantear una guerra comercial contra Estados Unidos.
Cuando la presidenta de la Comisión Europea, Von der Leyen, firma un acuerdo comercial con el chantaje del presidente de Estados Unidos, está haciendo la rendición de la Unión Europea a Trump. Igual que hizo Boabdil al negociar la rendición de Granada, el 2 de enero de 1492, entregando las llaves de Granada a los Reyes Católicos, marcando el fin del reino nazarí y la unificación de España. Von der Leyen al igual que Boabdil, ha marcado el fin de la Unión Europea o por lo menos la supeditación a Estados Unidos. El tiempo dirá si ha sido una cobarde como Boabdil o una valiente, que ha conseguido negociar en el 15% los aranceles genéricos para los productos europeos exportados a EEUU, entre ellos las exportaciones de coches, semiconductores y productos farmacéuticos. Además, del compromiso de compra de energía y armas estadounidenses por valor de más de un billón de euros. Boabdil con su rendición salvo Granada y la Alhambra, Von der Leyen a lo mejor ha salvado con su pacto la Unión Europea.
La rendición de la Unión Europea a Estados Unidos, supone la entrega de la soberanía europea. La sumisión a Estados Unidos y más concretamente a Trump. Tanto a nivel económico, energético y militar. Trump afirmó que «la Unión Europea se creó para joder a EEUU» y este acuerdo puede considerarse una venganza. La UE se ha mostrado débil, porque además de aceptar los aranceles. Bruselas deja en el 0% el gravamen a los productos estadounidenses. Se ha acordado el 15%, que es la mitad de la última amenaza de Trump, que iba a comenzar a aplicarse el 1 de agosto. Pero, eso no es un triunfo. Ahora, solo le queda a Trump conseguir otro chantaje, que los países de la OTAN suban el 5% el gasto militar. Y, añada a las 50 estrellas de la bandera de Estados Unidos, una más por la Unión Europea. Pero, a lo mejor nos quedamos como territorio no incorporado de ultramar.