Siempre han existido hombres y mujeres que mueren por una causa. Vidas que desaparecen, para que perduren sus principios. Aunque el término «mártir» suele asociarse a creencias religiosas, se refiere a cualquiera que muere defendiendo causas políticas o ideológicas. Las religiones abrahámicas, los nacionalismos, las guerras todas tienen sus mártires en defensa de su fe o cuestiones ideológicas. No se pueden entender muchas de las religiones, momentos históricos y del pensamiento, sin mártires.
Charlie Kirk, era un activista político conservador de 31 años, estrecho aliado del presidente estadounidense Donald Trump, que fue asesinado el 10 de septiembre, de un tiro, mientras hablaba en el campus universitario Utah Valley University. Que describía la política como una “batalla espiritual” y una lucha contra “las fuerzas de la oscuridad”. Defensor de las armas. Racista. En contra del derecho al aborto y de los derechos de las personas transgénero. Minimizaba la crisis climática y apoyaba la deportación masiva de migrantes irregulares.
La existencia de mártires nos muestra que vivimos en un mundo difícil, en el que personas son asesinadas por sus ideas, por su religión o lugar de nacimiento. Podemos estar de acuerdo o no, con determinadas personas, pero no hay ningún motivo para asesinar a nadie. Con su muerte, Trump quiere convertir a Charlie Kirk, en un mártir para la «libertad estadounidense», para los MAGA (Hacer América Grande de Nuevo) y una excusa, su asesinato, para propagar el odio a sus adversarios y limitar la libertad de expresión.
Trump utiliza el martirologio y escoge para subir al altar a Kirk, en el estadio State Farm de Glendale de Arizona, con más de 60.000 personas, el pasado domingo. Un entierro multitudinario, que más parecía un mitin político. Donde la viuda de Kirk perdonó al asesino de su esposo. Mientras Trump, ha insistido «Odio a mis oponentes y no quiero lo mejor para ellos. Lo siento.» Y, que el asesinato es un ataque contra Estados Unidos. Responsabilizando a «la izquierda radical y los medios de comunicación que la apoyan».
Trump amenaza con quitar licencias a las televisiones que le critican y amordazar la libertad de expresión. Desde que asumió el cargo, de presidente de Estados Unidos, el 20 de enero de 2025, ha desafiado el Estado de Derecho, ha reorganizado el aparato estatal. Ha habido despidos masivos en diferentes instituciones. Se puso fin a los programas de diversidad e inclusión. La amenaza de retirar recursos a las principales instituciones educativas del país.
En definitiva, Estados Unidos ha iniciado un camino hacia el autoritarismo, y a una democracia a imagen de Trump. Si siempre es de lamentar, la pérdida de un vida humana. Mucho más cuándo Charlie Kirk, será un mártir de un MAGA, que no hará una América Grande de Nuevo.