Los medios de comunicación públicos son de vital importancia para ofrecer información completa, rigurosa, plural y equilibrada, sin favoritismos ni intereses personales o políticos. La información es poder, la ciudadanía quiere y necesita saber. Los medios de comunicación públicos tienen un papel fundamental en democracia, para que los ciudadanos estén bien informados y puedan tomar las mejores decisiones. Siempre se ha cuestionado la televisión y la radio públicas, independientemente del partido de Gobierno. Unir objetividad, servicio, responsabilidad y calidad es lo mínimo que se puede exigir a los medios públicos de comunicación. Pero, por desgracia casi siempre se cae en la parcialidad y afinad hacia el Gobierno actual.
En España tenemos experiencia de unos medios de comunicación públicos, es decir RTVE, con falta de veracidad, sin ser objetivos, con intereses económicos o políticos, sin contrastar la información, poniendo en duda la propia certeza de los hechos, convirtiendo la información en manipulación. De eso sabe mucho el Partido Popular, en los mandatos de Aznar la televisión pública pasó por una etapa marcada por los ajustes presupuestarios, el declive en las audiencias, la amenaza de un expediente de regulación de empleo y sobre todo de desinformación y manipulación.
Los casos más relevantes en 2002 la mancha del Prestige y los «pequeños hilitos de plastilina» que salían del barco. En 2003, el accidente del Yak 42, la mayor tragedia aérea del ejército español, con 62 militares españoles y 12 tripulantes murieron al estrellarse en Turquía, con errores cometidos en la identificación de las víctimas y la subcontratación de una aeronave que no reunía las condiciones de seguridad necesarias. En 2004, el 11-M con unos ataques en cuatro trenes de la red de Cercanías de Madrid, donde fallecieron 192 personas y alrededor de dos mil resultaron heridas, manteniendo la autoría de ETA, cuando había pruebas de ser un atentado yihadista.
Hay más, podríamos hablar de la desinformación sobre la Gürtel, la caja B del PP, la imputación en la Comunidad Valenciana de Eduardo Zaplana, las acusaciones contra Podemos, etcétera. La televisión pública perdió más de un tercio de su audiencia en el mandato de Mariano Rajoy, denunciando los propios trabajadores censuras, manipulaciones y falta de libertad de expresión.
Eso sin hablar de las televisiones autonómicas donde gobierna el Partido Popular, donde los comités de À Punt, Canal Sur, Telemadrid o Televisión Canarias se preparan para una jornada de huelga por la continua manipulación a la que se ven sometidos. Telemadrid, con su posición de cooperación con el genocidio israelí y siendo el órgano de difusión de Ayuso. Por ejemplo Á Punt ,transmitiendo corridas de toros en lugar de informar de una multitudinaria manifestación en Valencia exigiendo responsabilidades y la dimisión de Carlos Mazón. En Canal Sur, el trato informativo a los cribados de cáncer de mama y el dedicar más tiempo a temas taurinos, como la retirada de un torero. En TVG, Televisión Canarias la manipulación informativa es constante. Suma y sigue.
Con este bagaje, parece inverosímil que el PP tenga esta inquina contra RTVE, considerando que se trata de la herramienta al servicio del Gobierno. Una televisión pública que lleva meses subiendo en las audiencias, sobre todo en los programas informativos. No se conforman con decir que el Gobierno utiliza la televisión pública como vehículo transmisor, sino que lo hacen contra muchos de los periodistas que trabajan en ella.
El secretario general del PP Miguel Tellado, ha concedido una entrevista, ayer viernes, en el programa «La hora de la 1« de TVE, arremetiendo contra el tratamiento informativo de la sentencia del Tribunal Supremo en el programa, haciendo alusión a que: «Deberían de hacer un análisis muy profundo de lo que está sucediendo en este medio de comunicación que pagan los españoles con sus impuestos…» Arremetiendo y señalando a Silvia Intxaurrondo por su labor periodística. El tiempo nos permitirá comparar profesionalmente a la televisión pública, cuando gobierne de nuevo en España el Partido Popular y si su grado de desinformación y manipulación es inferior, igual o superior al actual. Hagan apuestas, de cómo serán los medios de comunicación públicos en manos de la derecha y la ultraderecha.
