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¡ Hable más bajo, por favor !

Siempre se ha comentado que en los países mediterráneos voceamos más, que hablamos más alto, que exteriorizamos nuestro estado de ánimo y nuestra personalidad. Es cierto, que en Italia, Grecia o España tenemos la costumbre de elevar el tono. Es una mezcla de sociabilidad mal entendida y falta de pudor. Donde aunque nos moleste, nos costaría bastante reprender diciendo: ¡ Hable más bajo, por favor ! Pero no sólo eso. Además, ahora está la costumbre de hablar por teléfono haciendo uso de cascos y hablando aumentando la voz. Utilizando el altavoz y el micrófono integrados del teléfono para transmitir el audio, sin sostener el teléfono cerca del oído. Escuchar los WhatsApp de voz y TikToks por el altavoz del teléfono. Y, ya para completar el que está haciendo una reunión virtual con audio y video. El que está viendo una serie o escuchando música sin cascos. Este es el paisaje normal, que nos encontramos los que viajamos en transporte público a diario: los que hablan alto en una conversación y los que emplean sus smartphones para su deleite sin pensar en los demás.

Ayer en un tranvía en Ámsterdam, un señor se dirigió amablemente a una joven española diciendo en inglés: ¡ Hable más bajo, por favor ! La joven estaba haciendo una videoconferencia, escuchando con sus AirPods y hablando con tono elevado por el micro. Era el trayecto hacia Amsterdam Centraal, que es la principal estación de trenes de la ciudad, donde estaba lleno de personas, todas en un escrupuloso silencio o hablando en voz baja. Me planteé si la misma anécdota, hubiera sido posible en alguna ciudad española, en cualquier medio de transporte o local público. Creo que no, hubiera pasado lo mismo. Con la posibilidad de que la interlocutora no  bajara la voz o simplemente se hubiera enfadado. Y, por supuesto con todos los pasajeros del vagón de tren, tranvía o autobús hablando cordialmente y con un tono elevado.

No quiero generalizar, porque también en España hay personas que han decidido tener un control sobre su voz y hablan con una intensidad moderada en reuniones y en el transporte público. Que no hablan por el móvil, chillando. Que no hacen chat de vídeo a todo grito. Es una cuestión de pudor, pero sobre todo de educación. Porque para hablar no hay que aumentar la voz, porque por hablar más alto no nos entendemos mejor. Y, que cuando falla la cobertura de la operadora telefónica, chillar no sirve de nada. Evitemos, por favor, las voces a través de los altavoces, las conversaciones en vivo moderando un poco el tono. Están hablando contigo y no conmigo, supongo que quieres proteger tu privacidad. Ni yo creo que te guste a ti, que yo me entere de tu conversación y por supuesto te aseguro, que yo no estoy en absoluto interesado en la tuya.

¡ Hable más bajo, por favor ! Hablar en voz alta no es cultural, es una falta de respeto hacía los demás. No es normal que varias personas en diferentes partes de un local o de un transporte público griten a sus respectivos teléfonos. Tenemos que hablar más bajito, sin altavoces, porque es tan inaceptable como fumar alrededor de la gente. Hablar alto es también contaminación acústica. Nuestra personalidad, nuestro ánimo modula nuestra voz. Pero, cuando la intención es solo hablar ¿ para qué hablamos más fuerte ¿ Si tenemos un smartphone en la mano es para comunicarse, para disfrutar, pero nunca para molestar a los demás. Gracias.

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