El escepticismo climático niega o minimiza los impactos del cambio climático, motivado por intereses políticos, financieros o ideológicos. Por lo visto el PP no niega el cambio climático, pero sí lo minimiza. Cuando se entra en el escepticismo es una forma enmascarada de negacionismo. Porque al final negacionismo, escepticismo y desinformación es lo mismo. El «no» del PP de España a incrementar el Objetivo UE 2040 de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, desmarcado de su propio Eurogrupo Parlamentario, es un voto en contra de la ciencia. Un voto junto al Eurogrupo de Patriotas por Europa, donde están integrados los partidos de ultraderecha europea.
El PP español ha votado «no», pero la propuesta ha salido adelante con 55 votos a favor y 32, y llegará al Plenario esta misma semana. Porque, a pesar del «no» del Partido Popular de España y de la extrema derecha europea, la propuesta es establecer como objetivo vinculante, obligatorio, el que la Unión Europea reduzca en un 90% sus emisiones de CO2 en 2040. El escepticismo climático es peligroso cuando hace apenas un año hemos sufrido la DANA con 237 muertos en la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Andalucía.
Un partido de gobierno como el PP, no puede tener la misma orientación de voto que la extrema derecha negacionista. Aunque, cuando es «blanco y en botella», es muy obvio y evidente que son la misma derecha. La crisis en la Comunitat Valenciana, con la dimisión de Mazón necesita el voto de Vox para no convocar elecciones, quizás el PP ya ha comenzado a acatar las imposiciones de Vox en el Parlamento Europeo. Los mismos que eliminaron la Unidad Valenciana de Emergencias y que ignoran la evidencia científica frente al consenso del resto de partidos.
El PP ha adoptado una postura frívola ignorando las evidencias científicas y la necesaria toma de actuaciones para adaptarnos al cambio climático en Europa. El escepticismo climático mata, pero el PP sigue adaptándose a las exigencias de Vox. El PP y Vox tienen por delante dos semanas para negociar un acuerdo para investir al posible sucesor de Carlos Mazón, que es Juanfran Pérez Llorca. Todo dependerá de lo que el PP, sea capaz de acordar.
Entre el negacionismo de Vox y el escepticismo de PP, puede estar el futuro Gobierno de España. No le basta a Vox con derogar la reforma laboral, la Ley Integral de Violencia de Género, las leyes LGTBIQ+ , expulsar a los inmigrantes legales o cerrar los centros de menores no acompañados. Promover un Estado unitario administrativamente descentralizado, devolver al Estado las competencias en Educación, Sanidad, Seguridad y Justicia, ilegalizar los partidos independentistas, suprimir la policía autonómica y reforzar la presencia militar en el País Vasco y Cataluña. A todo eso, se añade todas sus medidas contra el Pacto Verde, derogar la ley de cambio climático, hacer más diques y presas y votar en contra de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Un largo etcétera, que Feijóo tendrá que aceptar si quiere llegar a la Moncloa.
