La derecha apuesta por un modelo sanitario que combine la titularidad pública con la gestión pública y también privada. Donde los pacientes en teoría, puedan obtener una cita, prueba o intervención y puedan escoger entre un centro concertado o público. Aparte, de buscar una gestión privada en los hospitales públicos, intentando que los pacientes puedan comprobar la eficiencia de la sanidad privada.
Un ejemplo de todo esto es la Comunidad de Madrid, donde según su presidenta Isabel Díaz Ayuso, la sanidad madrileña es «la segunda mejor de Europa». Afirmando que Madrid tiene la mejor sanidad de España. Y, que la sanidad es la joya de la corona de la Comunidad de Madrid. Aunque, los datos dicen lo contrario.
En 2007, comenzó el proceso de un modelo sanitario que apostó por la privatización hospitalaria en la Comunidad de Madrid: más hospitales y cada vez menos camas públicas derivando pruebas específicas e intervenciones a la sanidad concertada, es decir, a la sanidad privada.
La Comunidad de Madrid tiene la menor inversión sanitaria por habitante de toda España, listas de espera históricas, una Atención Primaria colapsada y millones destinados a conciertos con empresas privadas. En resumen, la sanidad privada y la colaboración público-privada componen un sistema sanidad que cura menos y cuesta más dinero. Mientras la sanidad pública cura mejor, es más barato que la privada y garantiza la igualdad social.
En España durante el franquismo, había mucha población que no podía acceder a una atención sanitaria gratuita en cualquier centro de salud público. La sanidad no era un derecho, era simplemente un beneficio laboral. Que con la Ley General de Sanidad de 1986 se consiguió la asistencia médica universal.
En España logramos un sistema sanitario público, universal y de calidad. Aunque, se vieron sus deficiencias durante la pandemia del Covid: falta de recursos, falta de inversión, falta de personal… Y, donde el Partido Popular en las comunidades autónomas que gobierna, ha apostado por la eficiencia de la gestión privada.
En una serie de grabaciones desveladas por ‘El País’, el CEO de Ribera Salud, empresa privada que gestiona el hospital público de Torrejón, admite la necesidad de incrementar las listas de espera para mejorar la rentabilidad. Donde prevalece la rentabilidad sobre el cuidado de los pacientes. Donde se evitan procedimientos poco lucrativos y se demoran intervenciones para optimizar los resultados financieros.
El hospital público de Torrejón es de gestión privada, es decir, la Comunidad de Madrid paga a Ribera Salud para que se ocupe de su gestión. Lo que es evidente que una empresa privada busca siempre la rentabilidad financiera por encima de la salud de sus pacientes. Convirtiendo en meros clientes a los pacientes. Mientras, que la sanidad pública garantiza la igualdad social. ! Defendamos la sanidad pública !
