La democracia ​ es una forma de organización social y política presentada en el platonismo y aristotelismo que atribuye la titularidad del poder al conjunto de la ciudadanía.

Acoso y derribo político.

La estrategia del acoso y derribo político consiste en fijarse como máxima prioridad desalojar al inquilino de La Moncloa en beneficio propio. En la tauromaquia, existe esta disciplina, con dos jinetes: "garrochista" y "amparador", que tienen la la misión de derribar a la res. El garrochista entra por el lado derecho del animal, mientras el amparador tiene la misión de acosar por el lado izquierdo a la res, para atajar la dirección del animal y cruzarse ligeramente, favoreciendo que en su carrera el garrochista le derribe, utilizando ambos, una herramienta que se llama garrocha, que consiste en una barra de unos 3 metros de largo con una puya bien afilada en uno de los extremos. Una tradición vergonzosa que aún pervive en Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Castilla y León, de acoso y derribo a una res de ganado vacuno, como forma de maltrato animal. Resulta que lo que se considera maltrato…

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Solo el voto salva al pueblo.

Nos equivoquemos, cuando se dice: "el pueblo salva al pueblo", el lema de rabia y resiliencia que se extiende en las zonas arrasadas de Valencia. No, el pueblo no salva al pueblo, solo el voto salva al pueblo: lo salva la democracia y sus instituciones. El pueblo puede salvar al pueblo, pero a través de la administraciones que pagamos todos con nuestros impuestos. No podemos confundir la solidaridad entre ciudadanos, con la responsabilidad del Estado de salvaguardar a sus ciudadanos. Decir que “solo el pueblo salva al pueblo”, es atacar al propio Estado, es crear desconfianza sobre  las instituciones, es lo mismo que reconocer que estamos en un "Estado fallido", y España aunque le pese a la extrema derecha no lo es. Un Estado fallido es aquel que no puede garantizar su propio funcionamiento por su falta de autoridad, su incapacidad para controlar su territorio, su pérdida ante la comunidad internacional o…

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Venezuela: autocracia electoral.

Venezuela es una autocracia electoral, pero no es la única. Según los resultados del Bertelsmann Transformation Index (BTI) 2024, desarrollado este índice por la Fundación Bertelsmann, basado en 5.000 páginas de informes nacionales, con la ayuda de 300 expertos, universidades y laboratorios de ideas de unos 120 países, que mide la calidad de la democracia, los resultados económicos y la gobernanza en el mundo. De los 137 países analizados en la edición de 2024, actualmente hay 63 democracias, frente a 74 autocracias: Estados en los que ni hay elecciones libres ni un Estado de derecho que funcione. Además, en los últimos dos años, las elecciones en 25 países han sido menos libres y justas, los derechos de asociación y asamblea se han visto restringidos en 32 países y la libertad de expresión ha sido sometida a controles más férreos en 39 países. La libertad y la democracia como la única forma de gobierno…

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Venezuela vota.

Venezuela vota, aunque hay países que celebran elecciones y toleran cierto grado de pluralismo, pero al mismo tiempo quebrantan las normas democráticas mínimas de manera tan grave y sistemática que no tiene sentido clasificarlos como democracias. El realizar unas elecciones es para conseguir cierta apariencia de legitimidad democrática, con la esperanza de satisfacer tanto los intereses internos como externos, pero con el objetivo de consolidar la permanencia en el poder. Conseguir la legitimidad electoral sin correr los riesgos de la incertidumbre democrática, no existe. Porque, la democracia simplemente existe o no existe. El Consejo Nacional Electoral (CNE) ha dado como ganador de las elecciones presidenciales de Venezuela a Nicolás Maduro, para un tercer mandato consecutivo, consiguiendo un 51,20% de los votos. Las elecciones son una condición necesaria pero no suficiente para una democracia. Porque las democracias no pueden existir sin elecciones; sin embargo, las elecciones por si solas, no bastan. El sistema electoral…

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No se acabó la fiesta de la democracia.

No se acabó la fiesta de la democracia. Aunque una agrupación de electores populista de extrema derecha como Se Acabó La Fiesta (SALF), haya obtenido 3 escaños, el 4,59% de los votos, en las elecciones europeas celebradas este 9 de junio. Más de 800.000 españoles han confiado en un movimiento liderado por Luis Pérez Fernández, más conocido como Alvise Pérez, una especie de outsider y Robin Hood de la antipolítica, que dice que lucha contra las élites políticas, mediáticas, económicas, combatiendo la corrupción y el sistema partitocrático, persiguiendo a corruptos, pederastas y criminales. Las elecciones europeas son las únicas elecciones donde cada voto tiene el mismo peso y que beneficia a partidos minoritarios. Todo ciudadano residente en la UE y que reúna los requisitos de compatibilidad establecidos en el reglamento pueden presentar una candidatura. Para ello, deben recibir el aval de 15.000 firmas o de 50 cargos electos. Recordemos que en España, en…

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La denostada democracia.

Frente a la denostada democracia, la única alternativa que tenemos es simplemente más democracia. La creencia generalizada que tiende a considerar el actual sistema político democrático como el mejor de los sistemas «posibles», cuando en realidad es tan sólo el mejor de los sistemas «hasta ahora conocidos». Lo que define a una democracia como tal es el hecho de que el gobierno reside en el pueblo. Lo que un día para muchos fue un reto o una conquista, para otros es el sistema único que han conocido y por eso no lo valoran en lo que vale. La democracia es un sistema político que ha sido adoptado por muchos países en todo el mundo y que ha demostrado ser efectivo para garantizar la protección de los derechos y libertades individuales, la separación de poderes, el Estado de Derecho y la propiedad privada. Todo a través de una democracia liberal.  La pregunta es:…

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La Constitución no destruye la nación.

"La constitución destruye la nación" decía una pancarta ayer en Madrid, en una manifestación fascista contra la amnistía, que se celebró por cuarta noche consecutiva, contra Pedro Sánchez y en definitiva contra la democracia. Una pancarta consentida por todos los manifestantes, donde se puede tener ideas distintas pero nunca atacar al Estado de Derecho. Por eso llamo fascistas a quienes son fascistas. Personas de talante poco o nada democrático, nostálgicos del dictador, convencidos de que su ideología es la única óptima para el país. No digamos país, digamos España. Fachas que apoyan o admiran regímenes dictatoriales como el nazismo, el fascismo o el franquismo y la ideología en que se sustentan. Personas retrógradas, que no han evolucionado, que tienen ideas totalitarias, de ordeno y mando, que admiran a Hitler, Mussolini y Franco. Que solo hablan de romperse España. Se puede estar a favor o en contra de la amnistía, pero cuando exista…

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28-M: Los votantes nunca se equivocan.

Los votantes del 28-M no se han equivocado al votar, porque los ciudadanos votan lo que la legalidad vigente les ofrece. Un ciudadano puede votar a un partido político o a otro, pero no podemos decir que como ciudadanos, estén votando mal. Podemos pensar que sus razones para votar son erróneas, pero su voto no es equivocado. Los ciudadanos tienen la libertad de exponer lo que piensan, de votar una opción política según sus ideas. Los motivos para votar a un partido o a otro, nada tiene que ver con errar en su decisión. Cuestionar el voto, es poner en duda la igualdad de los ciudadanos y la legalidad de que cada uno vote lo que quiera, es cuestionar a la propia democracia. Cosa diferente es poner en duda los motivos y las causas por las que los votantes en el debate de las ideas, juzgan las opciones y ejercen una opción…

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El valor del voto.

En una democracia el valor del voto es que cada ciudadano mayor de edad, es igual a un voto, que sirve para elegir a sus representantes y autoridades. El voto es a la vez un derecho y un ejercicio de libertad, los ciudadanos pueden votar o no votar. Cuando un ciudadano se abstiene su voluntad no cuenta para conformar la voluntad colectiva que toma las decisiones. En democracia, la mayoría es la que decide, porque el voto de unos vale igual que la de otros y todos los ciudadanos somos iguales en términos políticos. El pueblo vota y eso sirve para denominar el sistema como democrático, aunque dichos votos están condicionados por la campaña electoral y la influencia mediática, sin la necesaria consideración sobre la importancia del voto y el interés común. La abstención es el enemigo principal de la democracia, el no votar impide lograr un cambio en uno u otro…

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Garantismo y punitivismo en una democracia.

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El garantismo no debe ser confundido, ni con simpatía hacia los delincuentes o blandura frente a ellos. El garantismo no prescinde de la herramienta punitiva de control social que es el Derecho penal. Pero, no se puede creer que el poder punitivo del Estado es la solución a la violencia que sufren las mujeres, que todo se soluciona con el endurecimiento de los castigos. Es como decir, que las únicas penas para un violador fueran la prisión permanente revisable o la pena de muerte. El garantismo no pretende eliminar o suprimir los delitos y las penas, sino sustentarlo  en virtud del principio de la libertad y la proporcionalidad, que la pena a imponer debe guardar una necesaria correlación de equilibrio con el delito cometido. No hay menos delincuencia si endurecemos más las penas, ni hay menos asesinatos o agresiones machistas, en una democracia las penas deben ser proporcionadas y pensadas en torno…

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