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Respeto con las fosas.

Cuando se habla en España de fosas, debe haber más respeto. El respeto es esencial, es la base de una convivencia amable y pacífica, incluye el respeto hacia nosotros mismos y hacia todos los demás. Respeto hacia las leyes y normas sociales. Respeto a esos miles de desaparecidos en cunetas y fosas comunes durante la Guerra Civil y el franquismo. Respeto a su memoria y al dolor de sus familiares. Respeto a no incitar a la violencia y al odio. Respeto a reconocer los derechos y la dignidad del otro. Respeto a no decir: «Aquí podemos empezar a cavar la fosa donde reposarán los restos de un Gobierno que nunca debió haber existido en nuestro país».

Han tenido que pasar casi 50 años de su muerte, 18 años desde la aprobación de la primera Ley de Memoria Histórica en España y la Ley de Memoria Democrática en 2022, para que aún permanezca un clima de polarización y de odio para hacer justicia con las víctimas. Cuando algunos Gobiernos autonómicos aprueban leyes de la concordia, cuando aún sigue habiendo miles de personas en fosas comunes, el secretario general del PP, Miguel Telladoha asegurado este sábado, en el comienzo del curso político en Navarra: «se «empezará a cavar la fosa donde reposarán los restos de un Gobierno que nunca debió haber existido en nuestro país«. Una falta de respeto con el Gobierno de España, pero sobre todo, una falta de dignidad y de respeto con todos los miles de personas que no hemos conseguido encontrar y enterrar a nuestros familiares.

Yo me Andrés en recuerdo de dos tíos míos, un hermano de mi padre y un hermano de mi madre. Los dos se llamaban Andres y los dos murieron en la Guerra Civil. Mi padre se murió sin poder enterrar a su hermano. Después de 89 años, Andrés Marco Aznar, es aún, un desaparecido de la guerra, su cuerpo nunca se encontró, ni fue entregado a sus familiares. Nunca supimos si está en una zanja, en una cuneta o en una fosa común. Por eso, me duele que un político hable de fosas, sin importarle el dolor que puede producir su declaración de odio hacia el jefe del Gobierno. Porque, en España, no hay que cavar para hacer más fosas, en todo caso hay que poner medios para la exhumación de todos los desaparecidos.

Una guerra civil y una dictadura de casi cuarenta años, produjo muchas víctimas. Unas reparadas y homenajeadas y otras que han sido humilladas, menospreciadas a lo largo de tantísimo tiempo, tanto las víctimas como sus familias. La derecha afirma que es “reabrir heridas”, pero las heridas están abiertas, porque aún no se han cerrado los duelos. No, las heridas siguen abiertas. Ni la izquierda ni la derecha han hecho lo suficiente, cuando han gobernado para solucionar un problema de convivencia, de democracia y en suma, de los derechos humanos, que nos debería avergonzar a todos, sin distinción.

Pedir respeto desde la intolerancia y el odio es un imposible, se ha olvidado lo politicamente correcto, se está olvidando: respetar a quien es diferente; respetar las reglas del juego democrático; respetar a aquellos que no piensan como nosotros… El irrespeto, agrede, afecta categóricamente nuestras relaciones con los demás, con las instituciones, las normas, las costumbres… Un atentado contra la diversidad, la pluralidad y la democracia. Cuando hablen ciertos políticos, no deberían faltar el respeto a toda la sociedad, con el único objetivo de atacar a «un Gobierno que nunca debió haber existido en nuestro país». Lo cual demuestra su falta de respeto a la legitimidad de un Gobierno, que no ganó las elecciones, pero que obtuvo la mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados.

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