La plataforma PararLaGuerra vuelve a llamar a llenar las calles de toda España con un grito unánime por la paz y el fin del genocidio en Gaza. Ha convocado para el sábado 18 de octubre concentraciones en hasta 250 ciudades y poblaciones de todo el país con el lema «Por una Paz Justa y Duradera. No al Genocidio. Palestina Libre. Alto el fuego definitivo. Ni terrorismo, ni genocidio».
PararLaGuerra, es un movimiento formado por 135 organizaciones en España y 50 entidades internacionales, que cuenta con el respaldo de más de 20.000 profesionales de 35 países y además con el apoyo de 130 personalidades de la cultura española. Un movimiento que demuestra que la demanda de paz trasciende fronteras y sectores sociales. Hoy en Madrid una gran manifestación a las 11:00, desde la Puerta del Sol a la Plaza Juan Goytisolo (Museo Reina Sofía), que recorrerá las calles de la capital para exigir el fin inmediato del genocidio palestino y la firma de una paz justa y duradera. La convocan partidos como PSOE, Sumar, PNV o Coalición Canaria, sindicatos como UGT, USO o Fetico, y organizaciones como la FELGTBI+, Justicia y Paz, Por Un Mundo + Justo o Recortes Cero.
Una manifestación para que la firma del alto el fuego sea la paralización de los ataques, el fin del genocidio, la entrada de ayuda humanitaria y el comienzo de una paz justa y duradera, con «el reconocimiento del derecho del pueblo palestino a tener un Estado propio e independiente, que pueda coexistir en paz y seguridad con Israel».
Todo ante la violación del alto el fuego, en las últimas horas por parte de Israel, matando al menos a 20 palestinos en Gaza y la ayuda humanitaria que no llega a Gaza. Responsabilizando Israel a Hamás, de no entregar los 48 rehenes en un plazo de 72 horas, que establece el acuerdo de paz del presidente estadounidense, Donald Trump. Hamás ha liberado a 20 rehenes vivos y ha entregado los restos de diez, de los 28 fallecidos. En definitiva, ni Hamás lo tiene fácil para cumplir con la obligación de «entregar todos los rehenes muertos que tengan». Ni Israel está dispuesto a ceder en sus exigencias. Un alto el fuego, demasiado frágil e inestable.
Cuando cientos de miles de manifestantes salimos a las calles para alzar nuestra voz, más allá del eco conseguido en las redes sociales y en los medios de comunicación, estamos convencidos de que protestar nos da esperanzas. Es como si tuviéramos el poder de cambiar el curso de las cosas. La oposición pública tiene fuerza, aunque después la decisión sea de los gobiernos. Ante los escépticos, reivindicar la unidad, la lucha y la protesta ante todas las injusticias, ante todas las guerras. Una multitud nunca representa a la mayoría, pero da visibilidad y ayuda a dar forma a una identidad colectiva. Los que se quedan en casa, no hacen nada por defender los derechos básicos del pueblo palestino, que está en una situación de urgencia y de desesperación. El activismo no es solo de los valientes, es cuestión de principios y de responsabilidad. ¡No te quedes en casa, protesta!