La violencia contra las mujeres existe. El Ministerio de Igualdad a fecha 3 de diciembre, tiene registrados en sus estadísticas 42 mujeres asesinadas en 2025, dejando 23 menores de edad huérfanos. Desde 2003, el número de mujeres víctimas de violencia machista asciende a 1.337. Desde 2013, 65 niños y niñas han sido asesinados en estos contextos, mientras que 491 menores han quedado huérfanos.
Según la última Macroencuesta de Violencia contra la Mujer que realiza la Delegación de Gobierno contra la Violencia de Género; un sondeo que echa por tierra cualquier discurso negacionista de las violencias machistas, claro que habrá quien también quiera negar los datos científicos. El 30,3% de las mujeres de más de 16 años residentes en España, es decir 6.445.301 mujeres mayores de 16 años, han sufrido violencia física, sexual, económica y/o psicológica por parte de su actual pareja o parejas pasadas en algún momento de su vida.
Mientras tanto una parte de la sociedad niega que exista la violencia de género. La extrema derecha afirma que «el género es un concepto ideológico» que no reconocen. Mantienen el bulo de las denuncias habla falsas de la violencia machista, sin embargo la Fiscalía General del Estado recoge que el porcentaje oficial de denuncias falsas por violencia de género es prácticamente testimonial y se sitúa cada año aproximadamente en el 0,01% del total de denuncias de violencia de género. Vox intenta cambiar el término «violencia de género», que dice que está politizado, y sustituirlo por «violencia intrafamiliar». Incluso se permiten decir que la Ley de Violencia de Género busca «acabar con los hombres», porque según ellos existe violencia contra los hombres y su animadversión hacia el feminismo.
El negacionismo de la violencia contra la mujeres de la extrema derecha no refleja una realidad social, pero favorece un machismo latente entre los hombres y principalmente entre los jóvenes. Una violencia contra las mujeres que es estructural, sustentada en la discriminación y la desigualdad de poder entre mujeres y hombres, y vulnerando derechos fundamentales como la vida, la libertad, la integridad y la dignidad.
Los esfuerzos de Vox por cambiar el lenguaje, de no participar en los actos de guardar un minuto por las víctimas se están normalizando, mucho más con los pactos con el PP en ayuntamientos y comunidades autónomas. Donde hay pactos con el PP, Vox ha conseguido eliminar cualquier alusión oficial a la violencia de género o violencia machista; en su lugar sólo se encuentra el término de violencia intrafamiliar. Vox insiste en que la violencia no tiene género.
La violencia de género, por el contrario, engloba toda violencia ejercida sobre las mujeres por el hecho mismo de serlo. Porque por desgracia la violencia contra las mujeres existe y responsabilidad de toda la sociedad acabar con ella.
