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La paz en Gaza, llega tarde.

La paz en Gaza, llega tarde, demasiado tarde. Una «primera fase» hasta alcanzar una supuesta paz total, basada en un acuerdo para asegurar el alto el fuego en la Franja de Gaza y la liberación de rehenes a cambio de prisioneros palestinos, según la propuesta del presidente estadounidense, Donald Trump. Donde, la siguiente fase, será la decisiva, la de los grandes acuerdos y las posibles desavenencias.

Trump junto a la diplomacia estadounidense, aparecen como los artífices en la resolución de este conflicto. Donde, a través del diálogo y la negociación entre Israel y Palestina, junto a las imposiciones de Estados Unidos, tienen la posibilidad de resolver sus diferencias y encontrar soluciones. Sería el momento de no echar la mirada atrás, de extraer lecciones y de mirar al futuro. Pero, sin olvidar nunca el costo del conflicto: Gaza está totalmente destruida, una población sin nada y con un balance de 68.000 palestinos asesinados.

En un acuerdo de paz, hay que resolver disputas y llegar a acuerdos a través del diálogo. Las diversas partes deben estar dispuestas a escuchar los puntos de vista de los demás. Porque en este conflicto, se necesita poner fin a la ocupación por parte de Israel, reconocer el derecho a la autodeterminación del pueblo palestino y lograr la solución de los dos Estados. Para que sea el camino hacia la paz entre Palestina e Israel. Si falla la comunicación, la falta de compromiso y el incumplimiento de los acuerdos, la paz en Gaza será imposible.

A lo que se añade la negativa a deponer las armas por parte de Hamás, hasta que se establezca un Estado palestino soberano, que confronta con la principal exigencia de Israel. Donde tampoco existe la predisposición por parte de Israel, con motivo de esta negociación de paz, de poner fin al sufrimiento de la población de Gaza, demorando la entrega inmediata de ayuda humanitaria de Naciones Unidas.

Un acuerdo de paz en Gaza, que llega tarde. dos años y dos días después del ataque del 7 de octubre de 2023, en que Hamás asesinó a 1.200 personas y 251 fueron tomadas como rehenes. Un acuerdo de paz, que ya se intentó y rompió Israel el 18 de marzo de 2025. Un acuerdo de paz, después del asesinato de 68.000 palestinos, la hambruna, el desplazamiento de la población y la destrucción total de la Franja de Gaza.

De momento es otro alto al fuego, no es un acuerdo de paz. No lo será hasta que Palestina sea libre. Sin la existencia de los dos Estados, no hay paz posible. Y, quizás en los 20 puntos del acuerdo de Trump, hubiera faltado el enjuiciamiento del Gobierno de Netanyahu en los tribunales internacionales, por genocidio al pueblo palestino.

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