«Investíguese lo que haya que investigar”, han sido las palabras de Alberto Núñez Feijóo, cuando se ha conocido que Cristóbal Montoro ex ministro de Hacienda en los gobiernos de Aznar y Mariano Rajoy, pasa a ser investigado, por favorecer presuntamente de manera ilegal a empresas gasísticas clientes de Equipo Económico, mercantil de la que fue socio fundador y presidente el propio Montoro. Una trama que habría comenzado en 2008, en la que hay 28 personas entre diversos ex altos cargos en el Gobierno y la Administración Central y seis entidades, involucradas en ella por la presunta comisión de siete delitos: cohecho, fraude contra la administración pública, prevaricación, tráfico de influencias, negociaciones prohibidas, corrupción en los negocios y falsedad documental. Donde el juez Rubén Rus ha acordado el levantamiento del secreto de sumario sobre una causa que se abrió hace 7 años. Donde, supuestamente, Montoro se aprovechó de su cargo de ministro de Hacienda, para crear una «red de influencias cuyo fin último sería la obtención de un lucro económico«. Dicha red de influencias, según el magistrado, recaudaba dinero a cambio de aprobar reformas legislativas que beneficiarían a las empresas que a su vez eran clientes de Equipo Económico, en menoscabo del sector público.
Cuando más presión había contra el PSOE y la supuesta corrupción de Koldo García, Ábalos y Santos Cerdán aparece este caso. Algunos pensaran que es coincidencia, que puede ser casualidad e incluso algunos pensarán que no es ni coincidencia ni casualidad, que se ha acuerde el levantamiento del secreto de sumario sobre una causa que se abrió hace 7 años. Lo que está claro es que el PP ya fue sentenciado por el Tribunal Supremo como responsable civil subsidiario en los «papeles de Bárcenas», confirmando la existencia de una «caja B» en el Partido Popular, que sirvió para reformar la sede del PP. Cuándo hablamos de corrupción, es algo que comparten tanto el PP como el PSOE. La cuestión no es «el tú más», es que toda corrupción sea investigada y juzgada. Por supuesto, «Investíguese lo que haya que investigar”.
El PP han intentado minimizar y relativizar la imputación. Han destacado el «respeto máximo a la justicia». Y, Montoro ha comunicado su decisión de dejar el PP. Las comparaciones son siempre odiosas y por supuesto, también en la corrupción, independientemente de quien la cometa. La corrupción se combate y se castiga, porque si no, se convierte en impunidad, proceda de donde proceda.
La sociedad debe comprobar que la justicia es independiente, previsible, imparcial y eficaz. Pero, sobre todo tiene que ser rápida, aunque muchos de estos casos tienen una extraordinaria complejidad y su investigación requiere un cierto tiempo. Donde los juicios paralelos se han incrementado, como consecuencia de las redes sociales, medios digitales y la proliferación de casos de corrupción. Los investigados son condenados por la opinión pública, sin esperar al castigo penal, como forma de ataque a sus rivales políticos. Alargándose en el tiempo más allá de la resolución, a pesar de que ésta sea incluso absolutoria por los tribunales.
Investíguese lo que haya que investigar”. La opinión pública ha decidido ya la culpabilidad de Pedro Sánchez y su entorno. Ahora, le toca al caso Montoro y mañana seguro que habrá más casos de corrupción. Seguimos utilizando la corrupción como arma arrojadiza entre partidos políticos, desprestigiando la justicia, las instituciones y la propia democracia. Donde solo gana el populismo de derechas y la extrema derecha. Convirtiendo la política en un gran cubo de basura, donde la ciudadanía nos hemos convertido en moscas que revoloteamos a su alrededor, con un hedor insoportable.