En la ciudad de Badalona, con más de 230.000 habitantes, en la provincia de Barcelona, el antiguo instituto de Secundaria B-9 se había convertido en un asentamiento irregular con más de 400 migrantes. Personas que se encuentran en situación administrativa irregular, sin permisos de residencia ni trabajo, y que viven en condiciones de extrema precariedad y de exclusión social. La ocupación de este edificio, de titularidad municipal y cerrado desde 2011, comenzó a ser utilizado como refugio después de la pandemia. Ayer miércoles, han sido desalojados por la policía y el alcalde de Badalona se niega a ofrecerles atención social a 400 personas que tendrán que dormir en la calle o buscar un nuevo refugio.
Cuando la ocupación es la única solución para sobrevivir, poco importa que «la ocupación sea ilegal», es estrictamente una necesidad. Un problema difícil de resolver, pero que es necesario dar una solución, aunque solo sea por humanidad. No se puede abandonar a 400 personas en la calle.
Xavier García Albiol, alcalde de Badalona, se comprometió a «la desokupación de los 400 okupas ilegales del B9 en Badalona». Una vía administrativa iniciada a mediados de febrero daba un plazo de ocho días a los ocupantes del inmueble para abandonarlo y en respuesta a la demanda del Ayuntamiento de Badalona, los Mossos d’Esquadra, mediante resolución judicial han expulsado a todos los inmigrantes del antiguo instituto. El relato municipal, secundado por la extrema derecha, ha vinculado a los ocupantes con la delincuencia, tráfico de drogas y casos de tuberculosis.
Se ha producido el desalojo en las puertas del invierno y sin ninguna alternativa habitacional, vulnerando todos los derechos humanos, y donde Albiol ha dicho que no va a gastar «un solo euro» en las personas desalojadas. Un problema que no es solo de inmigración, es un problema de pobreza.
El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) dictaminó que el derecho a la vivienda que reclaman los inmigrantes no es un derecho fundamental que pueda protegerse mediante un procedimiento administrativo especial. Sin embargo, la Fiscalía ha recordado al consistorio sus «deberes legales de asistencia social» hacia las personas en situación de vulnerabilidad, exigiendo «medidas adecuadas y suficientes«. Pero, el Ayuntamiento ha comunicado su carencia de “recursos habitacionales” para ofrecer un techo a los migrantes.
El alcalde de Badalona ha manifestado en varias ocasiones su voluntad de echar al suelo el viejo instituto para construir la segunda comisaría de la Guardia Urbana en la ciudad. Pero, nada menciona del cierre del centro Can Bofí Vell, que cerró a finales de abril del 2024 debido a la deuda del ayuntamiento, que ofrecía soluciones habitacionales. Parece evidente, que hay dinero para construir una comisaría, pero no lo hay para acoger a los inmigrantes.
Es conocida la postura de Albiol en el tema de la inmigración, cuando mantiene que la mayoría de inmigrantes han venido a trabajar y a integrarse pero hay una minoría que no se adapta ni pretende adaptarse y con ellos subraya “debemos ser contundentes con las ordenanzas y la ley en mano”. Haciendo campañas como «Limpiando Badalona», en 2015, que se trataba de una campaña xenófoba, donde Albiol siempre defendió que se trataba de limpiar «el incivismo y la delincuencia«.
Una vez más, se pone en evidencia el problema de la inmigración y de la pobreza en general, donde las administraciones son incapaces de ofrecer soluciones de vivienda y una intervención social coherente para las personas que no tienen recursos. Acusando siempre a la inmigración de estar vinculada a situaciones conflictivas relacionadas con el tráfico y el consumo de drogas, la prostitución y la delincuencia. Lo que según Albiol «hace imposible la convivencia y afecta a la seguridad de los vecinos del entorno».
Al final, todo se resume en los argumentos de la extrema derecha: repatriaciones «masivas» y la «remigración» como la solución «menos mala» al aumento de la inmigración. Expulsar a todos los que hayan venido » a delinquir» o «vivir del esfuerzo de los demás«, aquellos que pretendan imponer una religión «extraña«, «maltraten o menosprecien a las mujeres» y todos los menores emigrantes no acompañados, porque «tienen que estar con sus padres«. ¡ Feliz Navidad a todos esos buenos cristianos que no hacen nada por los más necesitados. Dice la Biblia en Proverbios 28:27 ,»El que ayuda al pobre no conocerá la pobreza; el que le niega su ayuda será maldecido«.
