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7 de octubre: dos años de terrorismo de Estado.

El 7 de octubre de 2023 el grupo palestino islamista Hamás, lanzó un ataque terrorista en el que unas 1.200 personas fueron asesinadas y 251 secuestradas. Un atentado terrorista que tiene motivos suficientes para su reprobación y condena, en el que se mató deliberadamente, en el que se tomó rehenes y en el que se cometió todo tipo de violencia contra civiles.

El Ejército israelí admitió falta de coordinación y fallos de preparación, al tener la inteligencia israelí información de que Hamás se preparaba para un ataque importante. Pero, no le dieron la importancia, que realmente tuvo. Lo que está claro es que  Hamás, llevó a cabo crímenes de guerra y de de lesa humanidad contra la población civil israelí.

El Ejército israelí comenzó el escarmiento con la aplicación de la Ley del Talión contra la población civil palestina, bombardeando viviendas, hospitales, escuelas y mezquitas, causando destrucción y muertes contra civiles, especialmente entre mujeres y niños. Lo mismo que hizo Hamás en el atentado del 7 de octubre de 2023. El Ejército israelí y el grupo terrorista Hamás, estaban equiparando su violencia y crueldad. Los dos, han actuado como terroristas, el Ejército de Israel se ha olvidado de las normas de la guerra, del Derecho Internacional Humanitario, intentando limitar el sufrimiento humano en una guerra.

Estamos comparando la violencia de Hamás y el Ejército de Israel. Pero, lo que no podemos comparar es el potencial del Estado de Israel con un país sin Estado y sin ejército. El resultado: 68.000 muertes de palestinos. 68.000 personas asesinadas por Israel por 1.200 que asesinó Hamas. Todas las muertes son igualmente de execrables, provengan del terrorismo de Hamás o del Ejército de Israel.

Lo que está claro es que Israel ha aplicado la Ley del Talión con desmesura e impunidad. Hamás mató el 7 de octubre a hombres, mujeres, niños y niñas, tomaron rehenes y ejercieron todo tipo de violencia. El Ejército de Israel también hizo lo mismo, pero en mayor cantidad. Con una población civil totalmente inocente. Porque todos los palestinos no pertenecen a Hamás y por lo tanto todos los palestinos no son terroristas.

El Estado de Israel lleva estigmatizando en un régimen de apartheid, desde 1948, a los palestinos, recortando sus derechos, no reconociendo el derecho a vivir en un Estado propio. Sin reconocer, ni siquiera, el derecho a la vida. Israel en su venganza ha cometido crímenes de lesa humanidad y genocidio. El solo recuento de cadáveres, heridos y destrucción demuestra la potencia criminal de Israel.

La venganza de Israel, no tiene explicación, ni disculpa posible. Merece que los tribunales internacionales juzguen al Gobierno de Benjamín Netanyahu por esta venganza. Porque ni todos los palestinos son terroristas, ni todos los israelies son culpables de este genocidio. Aunque, en el voto de los israelies está también el posible cambio de gobierno. Lo que podría cambiar la solución al conflicto.

Dos años, han pasado desde la matanza terrorista de Hamás, del 7 de octubre de 2023. Dos años viendo la matanza y la destrucción de la Franja de Gaza en nuestros televisores,  un terrorismo de estado, que combate a un pueblo sin estado. Nadie ha hecho nada, por detener este genocidio terrorista.

Está no es una guerra santa, es un genocidio y limpieza étnica del pueblo palestino. Donde existe una deshumanización de la tragedia, No hay empatía con los muertos y desplazados gazatíes, quizás porque los percibimos como escudos de Hamás o simplemente por racismo.

Un relato entre dos fundamentalismos: el islamismo y el sionismo. Entre Israel y un pueblo sin Estado. Entre todo el dinero del lobby judío y la pobreza del pueblo palestino. La comunidad internacional se ha decantado por no hacer nada, lo que es igual, a dejar hacer lo que quiera Israel, castigando al pueblo palestino, siempre con la ayuda de Estados Unidos. Donde solo las protestas ciudadanas, han sido la única voz discordante, en dos años constantes de terrorismo del Estado de Israel.

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