La derecha catalanista, es también derecha. Sus reivindicaciones independentistas no tienen nada que ver con su visión sobre los derechos sociales, defienden al empresario frente al trabajador. Porque Junts es el principal partido de la derecha catalanista. No tenemos que esperar a la votación de mañana. Junts per Catalunya confirma su «no» a la reducción de la jornada laboral y mantiene su enmienda a la totalidad del proyecto de ley para reducir la jornada laboral a 37,5 horas semanales, con lo que la norma no podrá continuar con su trámite parlamentario, con los votos de PP, Vox, UPN y JxCat. De nuevo Junts vota en contra de la coalición de investidura, como lo hizo con la vivienda. Porque Junts no se puede considerar ni un partido moderado, ni progresista, como no lo fueron la extinta Convergència i Unió o el PDeCat. El Gobierno de coalición ha tenido que ceder a las exigencias de Junts para seguir gobernando, pero seamos realistas a Junts le importa muy poco el Estado español y menos aún, los derechos sociales de sus trabajadores.
El ámbito de la derecha catalanista ha experimentado muchos cambios, entre los distintos partidos que se han ido sucediendo: CiU, PDeCat y Junts, donde el catalanismo ha sido el único objetivo y donde el conservadurismo se ha sido afianzando, en una sociedad catalana progresista, que votó a Jordi Pujol y lo mantuvo en el poder casi un cuarto de siglo. Después de Jordi Pujol, llegaron Pasqual Maragall y José Montilla del PSC. Y, después Artur Mas, Carles Puigdemont y Quim Torra de la derecha catalanista, antes y durante el «procés»y después Pere Aragonès de ERC y desde 2024 Salvador Illa del PSC. Donde, las diferencias insalvables entre la derecha catalanista y las derechas españolistas son la independencia, pero no los intereses empresariales, que son los mismos. La derecha se comporta defendiendo sus intereses y un Gobierno progresista, nunca puede aspirar a tener la colaboración necesaria de un partido catalanista de derechas.
Ni a Junts le interesó frenar el alza de los precios en la vivienda, ni la reducción de jornada hasta las 37,5 horas, sin merma salarial, que el Gobierno de España quería conseguir. Junts votó con la derecha en el tema de la vivienda y vuelve a hacerlo para salvaguardar los intereses de los empresarios y castigar a 12,5 millones de trabajadores. La derecha catalanista y españolista defienden los mismos intereses y coinciden en cuestiones como la inmigración y el populismo, lo cual puede ser la opción que permita que Alberto Núñez Feijóo, llegue a ser presidente del Gobierno, limando ciertas diferencias independentistas. Mañana en el Congreso de los Diputados, el Gobierno sufrirá otra derrota parlamentaria, pero muchos catalanes se darán cuenta que Junts busca una independencia de derechas, en la que los derechos de los empresarios estarán siempre antes que los derechos sociales de los trabajadores catalanes. Una derecha catalanista demasiado parecida al PP y con la extrema derecha de Aliança Catalana que se diferencia de Vox, en su ideología nacionalista catalana, frente a Vox y su nacionalismo español. La misma derecha, con los mismos intereses.