Hablar de prosperidad y democracia, como si fuera una elección. Yo no quiero prosperidad, sin libertad y sin democracia. Si tengo que escoger entre una dictadura con prosperidad y una democracia con crisis. La elección es sencilla: democracia. Este discurso de Feijóo y de la extrema derecha, en general, se basan en relatar un conjunto de problemas que incrementa el malestar de la ciudadanía, culpando a la democracia. Y, que aumenta el voto de la extrema derecha, poniendo en riesgo a la propia democracia. Cuando Feijóo dice que «Europa ha despertado«, se refiere al incremento del voto de derecha y extrema derecha en Europa.
Me imagino que cuando dice el señor Feijóo: «la cárcel ideológica de una izquierda» . Se refiere a los años de socialdemocracia en Europa, un nuevo modelo económico y social basado en la justicia social, en la igualdad y en la solidaridad. En defender los derechos de los trabajadores. Una socialdemocracia que triunfó en el norte de Europa en países como Suecia, Finlandia, Noruega, Dinamarca o Alemania, en los que se hizo compatible la defensa de los derechos de los trabajadores con la libertad económica y la libre competencia de las empresas. Que España con el Gobierno de Felipe González intentó emular. Donde los trabajadores si se empobrecían y el sistema no funcionaba, estaba el estado de bienestar. Apostando por los servicios públicos para cubrir necesidades básicas, como la sanidad, la educación, las pensiones y los servicios sociales. Mientras que la derecha, solo piensa en privatizar y reducir el estado de bienestar, con la bajada de impuestos.
Nadie «vendía que era bueno empobrecerse«. Pero, el Estado está para ayudar a los que lo necesitan, sean parados, mujeres maltratadas, inmigrantes, el ingreso mínimo vital o las «tarjetas monedero» para comida. El Estado no da «paguitas» ayuda a las personas más necesitadas. Sin embargo la derecha, piensa en apoyar la educación y sanidad privadas, los toros o cualquier colectivo con causas ideológicas afines. Ayudar a los que se han empobrecido o han llegado ya pobres, no es una «paguita», ni una «renta básica socialcomunista», ni una «solución chavista venezolana».
¿ Quién ha dicho: «que era buena la democracia más que la prosperidad» ? En las dictaduras, salvo raros casos contados, no hay prosperidad ni en lo económico, político y social. El milagro económico del franquismo, de los años 60 y 70 del siglo pasado, fue un avance económico que llegó a las familias españolas, borrando las penurias de la Guerra Civil. Que sirvió además, para amasar grandes fortunas durante el franquismo y que han mantenido su poder durante la democracia. No hay que escoger señor Feijóo entre prosperidad y democracia, porque solo con democracia puede haber prosperidad para una inmensa mayoría. Y, donde no llega la prosperidad, tiene que llegar el Estado.