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La manipulación de un sinsentido.

Cuando recibimos información de mensajes verbales y no verbales procedentes de otras personas. Pueden estar alterados, sea por una creencia errónea del emisor o deliberadamente para producir una errónea impresión en el receptor. Es lo que entendemos por un engaño o manipulación. Y, mucho más cuando se hace manipulación de un sinsentido. De algo absurdo y sin explicación, como lo que está pasando en Gaza contra el pueblo palestino.

Cuando la portavoz  del PP en el Congreso, Ester Muñoz, afirma que: «No le compete a la ONU, ni me compete a mí, ni le compete al presidente del Gobierno decidir lo que es o no un genocidio. Es un tipo penal que establece la Corte Penal Internacional». La portavoz mantiene la idea de que hablar de Gaza, sirve para no hablar de cuestiones incómodas para el Gobierno de Pedro Sánchez. Mientras el PP prefiere evitar en sus valoraciones del conflicto, la palabra genocidio.

Una comisión de investigación independiente de la ONU ha presentado este martes un informe que no es una manipulación o engaño: «Israel está cometiendo un genocidio en Gaza», que según sus investigaciones «han cometido cuatro de los cinco actos genocidas». Entre ellos matar o infligir condiciones de vida para destruir a los palestinos. Para que la justicia internacional pueda reconocer un genocidio, existen dos instancias: La Corte Internacional de Justicia (CIJ), órgano judicial supremo de la ONU, que resuelve las controversias entre Estados y la Corte Penal Internacional (CPI), instancia que 124 Estados reconocen como competente para juzgar el genocidio.

La Corte Penal Internacional, a finales de 2024, dictó una orden de detención contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, por crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra. Y, en 2023, hizo lo mismo con el presidente ruso Vladimir Putin. Que no se han hecho efectivas. Si un país considera que otro viola la convención sobre el genocidio, puede presentar una demanda ante la CIJ, tal como hizo Sudáfrica, acusando a Israel de genocidio en Gaza. Pero, es la Corte Penal Internacional, la que persigue y juzga a personas y no a Estados, del delito de genocidio.

Demostrar el genocidio es complicado, lo primero que hay que tener claro, es que según la justicia internacional, «el Estado no es el que comete el genocidio, sino las personas». El Estado de Israel, en todo caso, «comete una violación de la convención contra el genocidio» que le obliga a prevenir y castigar este crimen. Pero, los genocidas serían en todo caso, las autoridades israelíes en las más altas instancias.

Decidir si es genocidio o no, lo pueden hacer los historiadores a tiempo pasado, pero también, desde el punto de vista del derecho internacional. Cada Estado es libre de emitir sus propias conclusiones. Ni el Gobierno de España, ni la comunidad internacional, pueden esperar a la aniquilación del pueblo palestino para demostrar que es genocidio, porque solo basta con la intención por parte de Israel, de destruirlo. Un Estado que considera que se está produciendo un genocidio tiene la obligación de hacer lo posible para que no se produzca. No es una decisión caprichosa, ni interesada, es simplemente necesaria.

Una información deliberadamente distorsionada es manipulación, una manipulación de un sinsentido, sin explicación. Que puede llevar a la ciudadanía a creerse cosas que no son, se han asesinado a más de 65.000 personas, con un porcentaje elevado de niños, se ha destruido todo, se ha declarado hambruna, no hay hospitales, no hay de nada… Si no tomamos decisiones y ejecutamos acciones contra Israel estaremos colaborando en esta matanza, exterminio, masacre, etnocidio, exterminación, holocausto… Por no llamarlo genocidio.

Es una cuestión de solidaridad, de derechos humanos, de parar todo esto. Me da igual la palabras, solo hay que ver la imágenes y las cifras. Lo que no se puede es utilizar el dolor de unas víctimas para arremeter contra el adversario político. Usar el dolor humano para hacer política por parte de la derecha, aparte de engaño, es miserable y de gran bajeza moral. Lo hicieron con la manipulación y el engaño a las víctimas de ETA y sus familiares; con los muertos de catástrofes naturales, como la DANA. Y, ahora con la guerra de Gaza, una guerra entre un Estado poderoso como Israel y un grupo terrorista, como Hamás. Olvídense de esta manipulación sinsentido, de réditos electorales y ayuden a los palestinos.

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