La razón por encima de las emociones.
Siempre las emociones se anteponen al razonamiento y a la razón. Los sentimientos y las emociones nos invaden, cambiamos una emoción por un sentimiento más fuerte, las emociones son a menudo incompatibles con la razón. En nuestra vida normal los sentimientos más fuertes se desvanecen, con el tiempo y muchas veces, nos empecinamos en cosas y decisiones que muchas veces nos equivocamos. En la política se ha puesto de moda llamar a los sentimientos, a las emociones para pedir el apoyo y hacer olvidar la razón de las cosas y probablemente también nos equivoquemos. Las emociones nos hacen cambiar nuestro sistema de valores, nuestras convicciones y hasta los prejuicios que determinan nuestro comportamiento ético. Nos olvidamos del sentido común y dejamos de argumentar las cosas con argumentos racionales. Comenzamos a pensar que nosotros estamos con la posesión de la verdad, que los demás están equivocados. Y, lo que es peor, no somos…
