La muerte nos iguala a todos.

No me asusta la muerte, la muerte nos iguala a todos. Me doy cuenta de que estoy envejeciendo, camino de los 59 años, sin deterioro de la salud física ni mental, por lo menos de momento. Pasan los años quizás demasiado deprisa, se pierden ilusiones y se dejan de alcanzar demasiados sueños. Tomas conciencia de disfrutar de la vida de otra forma, en nuestra cultura occidental vives demasiados años pero te clasifican como viejo muy pronto, por lo menos laboralmente. Ser viejo no significa no valer para nada, porque no creo que la edad sea un óbice para hacer cosas provechosas ni que haya una determinada edad que te impida ser útil a la sociedad. Pero, comienzas a pensar antes que en la muerte que nos iguala a todos, en la jubilación, en los planes de pensiones que te sirvan para complementar la jubilación. Porque la jubilación, no es igual para todos. Nuestro Sistema…

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