La alarma social producida durante e inmediatamente después de una catástrofe, producida por una gran nevada, unas inundaciones, un terremoto, una pandemia, la erupción de un volcán o los grandes incendios forestales, provoca un clima social y político poco propicio para el análisis sosegado del problema. En estos contextos de impotencia y frustración aparece siempre la agenda ideológica de la derecha: apuntando causas y soluciones. Donde ayudan redes sociales y medios de comunicación, con sus tertulianos y opinadores profesionales que son capaces de opinar de cualquier tema. Siempre con la tendencia a la simplificación, en temas complejos, buscando siempre culpables. En ese clima de alarma social es habitual que proliferen falsas informaciones, ideas erróneas y bulos. Es el caldo de cultivo apropiado para la derecha para esparcir su odio, reafirmar su negacionismo, salvarse de su responsabilidad en cualquier tragedia, deslegitimar a las instituciones y atacar al Gobierno.
Cualquier explicación, por disparatada que pueda sonar, sirve a la derecha para generar la percepción de amenaza, de ausencia y falta de control, de miedo y malestar con el presente. Da igual sea la pandemia del Covid de 2020, la borrasca Filomena y el volcán de la Palma de 2021, la DANA en Valencia de 2024, el apagón del cero energético de 2025 o los incendios forestales de este verano. Siempre alimentando las consignas de una agenda ideológica en la que se dibuja una sociedad en crisis permanente, donde nada funciona, donde estamos expuestos a múltiples peligros y amenazas: los movimientos migratorios, gobiernos decadentes, falta de seguridad, contracción económica, decadencia moral… Generando una nostalgia colectiva del pasado, apelando claramente al descrédito sobre las instituciones y la propia democracia, conectando con facilidad con votantes que fueron de izquierdas. Donde la extrema derecha es la que marca la agenda ideológica a la propia derecha y a la izquierda.
La agenda ideológica de la derecha se activa rápidamente en los que sufren directamente las catástrofes, buscando culpables y con el uso de eslóganes simples, sin información detallada, cargados de emocionalidad y acompañados de simbología asociada a sentimientos patrios. Mensajes que aluden siempre a la falta de ayuda, a la responsabilidad del Gobierno de España, a una implicación emocional de los perjudicados y buscando una solidaridad falsa con frases como «solo el pueblo, salva al pueblo». Los mismos que niegan el cambio climático, las medidas de prevención durante la pandemia, la evidencia científica, el feminismo, la violencia machista o la inmigración, son los que fundamentan un discurso reaccionario, simplista, excluyente y populista para solucionar las catástrofes y todos los problemas de índole sociopolítico y económico. Una agenda ideológica de la derecha, que es una seria amenaza a nuestras democracias.
Con un objetivo, que es distorsionar la realidad, creando un enemigo común, el Gobierno y Pedro Sánchez, con la pretensión de ocultar la responsabilidad de gobiernos autonómicos gobernados por la derecha, donde se ha desmantelado y precarizando los servicios públicos y privatizado servicios de prevención. Donde tanto en la DANA como en los incendios forestales, la responsabilidad era de las autonomías, comprando el relato de convertirse en víctimas, donde son los únicos responsables. Culpabilizando, tanto la tragedia de Valencia, como los incendios forestales de este verano al «fanatismo climático» de la Agenda 2030 y al ecologismo. Un discurso negacionista clásico impulsado por Vox, donde se han incorporado diversos sectores del PP, en la que la derecha sigue negando la evidencia de la emergencia ecológica.
Tanto con la Dana, el apagón o los incendios forestales, los bulos y las conspiraciones de la derecha han inundado las redes sociales y los medios de comunicación. Han conseguido intoxicar el debate público y político, ha aumentado el número de personas descreídas con la política, que se creen cualquier verdad a medias o mentiras. Que niegan las evidencias científicas sobre el cambio climático, que acusan a los ecologistas y medios de comunicación de un falso alarmismo. Donde parece que solo hay una opinión común: «el culpable es Pedro Sánchez y su Gobierno». Y, cuando gobierne la derecha, si hay algún tipo de catástrofes: ¿ quién será el responsable ?