La integración no se logra con racismo.
Sin integración, no hay Nación ("Sense integració no hi ha nació"), una frase que repite incesantemente Carles Puigdemont, que considera el conocimiento del catalán un signo de integración. Para Junts, el catalán no es solo un elemento de arraigo, es un tema determinante. Si no hablas catalán, no te doy los papeles. Y, eso se llama racismo. Tradicionalmente Catalunya ha sido una tierra de migración. Hasta finales de los años setenta del siglo XX, Catalunya fue el destino de la inmigración de otros lugares de España. La llegada y asentamiento de población nacida en otros territorios españoles, especialmente andaluces, extremeños, murcianos... Se formó una sociedad catalana mixta, en la que en general, el catalán había sufrido prohibiciones durante el franquismo, pero que siempre permaneció vivo a nivel familiar, social y reivindicativo. El grado de integración de los inmigrantes y de sus hijos, se puede considerar aceptable, gracias a la inmersión lingüística Después,…